Un problema que enfrentan los consumidores de noticias desde siempre son las publinotas, esas publicidades patrocinadas explícitamente (o no) que se disfrazan de “información” para vender un producto sin que el lector lo advierta. Es el caso de la falsa “Banda Gastrica Virtual” o BGV que aparece permanentemente como opción de clickeo en redes sociales.
¿En que consiste?
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Dice ser un efectivo sistema no invasivo contra la obesidad que a través de hipnosis consigue engañar al cerebro para que crea que es más pequeño de lo que en realidad es, y así brindar una sensación falsa de saciedad al ingerir alimentos.
En términos del mismo anuncio se expresa con un lenguaje confuso y apelando a palabras aparentemente científicas:
“La banda gástrica virtual (BGV) fue desarrollada por el psicólogo argentino Armando Scharovsky. El tratamiento comienza con una sesión de aproximadamente dos horas y media para implantar, mediante hipnosis, la banda gástrica virtual y una serie de consignas para modificar sus patrones de conducta ante la comida. También se entregan dos grabaciones que deben escucharse dos veces al día como refuerzo. De esta forma el apetito se reduce, se pierde la sensación de frustración y ansiedad por no comer todo lo que se desea y se aprende a comer de forma saludable”.
Y luego enumera las supuestas ventajas de la banda gástrica virtual para combatir la obesidad
Lo más preocupante de esta falsa publicación es que no dice la verdad sino que disfraza una sesión de hipnosis con el nombre de una técnica médica real como es la banda gastrica y el único agregado de la palabra “virtual” le permite que muchos internautas deseosos de conocer más sobre la técnica de achicar quirúrgicamente su estómago caen en esta otra “técnica alternativa” que nada tiene que ver con la anterior a pesar de llamarse casi igual y que los buscadores de Internet remitan a ellas sin casi diferenciar la falsa de la otra.
Sin objetar las bondades de un tratamiento más de tipo psicológico para adelgazar, lo condenable es la igualación que realiza la publicidad engañosa comparando una práctica médica con una pseudociencia como es la inducción hipnótica.
Nadie imaginaría una “quimioterapia virtual” o la cura de un EPOC por hipnosis, sin embargo en temas de obesidad que conllevan también miles de trastornos asociados parece que nadie ha pensado en regular este tipo de promoción falsa y engañosa.
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