La ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, tiene un enorme problema con la iluminación led en sus calles. Las luces colocadas en la gestión anterior se están apagando lentamente sin que el recambio sea lo suficientemente rápido para evitar arterias completas a oscuras, a la que el ciudadano coloca el mote de “bocas de lobo“.
La solución parece no ser tan sencilla porque desde la actual gestión, aunque no públicamente aún, indican que existía algún interés o ligazón “non sancta” entre el proveedor de esas luminarias y la administración saliente. Pero más allá de la veracidad o no de tal rumor, la realidad es que el vecino de La Plata ve como esa intensa luz blanca que debutó en años recientes se va resintiendo por falta de mantenimiento.
Por eso, aprovechando esta “vacante” de buena iluminación, sería interesante analizar una situación que de manera fortuita se descubrió desde principios de este siglo XXI.
Se trata de una estrategia audaz que capturó la atención de criminólogos, urbanistas y ciudadanos por igual.
¿Qué hay detrás de esta misteriosa luz azul? ¿Cómo afecta a nuestra seguridad y bienestar?
Corría el año 2000 en la ciudad escocesa de Glasgow. Las farolas de algunas avenidas, antes bañadas en luces blancas, naranjas o amarillas, se transformaron en un azul vibrante. La intención inicial era puramente estética, pero lo que ocurrió a continuación dejó a todos perplejos: En las regiones iluminadas por esta luz azul, los crímenes, los delitos y los suicidios disminuyeron notablemente.
EL EFECTO CURIOSO DE LA LUZ AZUL
Las autoridades escocesas no podían explicar el fenómeno. ¿Cómo podía un simple cambio de color en las farolas tener tal impacto?
La respuesta seguía siendo un misterio, pero la estrategia se propagó.
En 2005, Nara, Japón, adoptó la misma táctica en algunas de sus calles. El resultado: una reducción del 9% en la criminalidad en esas zonas.
Incluso una empresa ferroviaria japonesa, Central Nipoon Expressway de Tokio, instaló paneles LED de luz azul para disuadir a quienes intentaban suicidarse arrojándose a las vías, logrando una disminución del 20% en los intentos de suicidio.
BAJA DE DELITOS: ¿CASUALIDAD O CAUSA?
Aunque la relación entre la luz azul y la disminución de la criminalidad no está científicamente probada, las evidencias empíricas son intrigantes.
Algunos expertos sugieren que la luz azul podría tener un “efecto calmante” sobre las personas, aunque aún no se comprende completamente. Tsuneo Suzuki, profesor de la Universidad de Keio, señala que hay muchos datos por analizar para entender esta relación: “Existen muchas investigaciones relacionadas con la psicología del color, y una de ellas investigaba la luz azul de longitud de onda corta. Parece haber demostrado ser un tratamiento potencialmente eficaz para desórdenes afectivos estacionales (un tipo de depresión ligada al cambio de tiempo). Si se suceden nuevas investigaciones que avalan los beneficios del alumbrado azul, podríamos encontrarnos ante un fantástico hallazgo. Un cambio barato que puede ayudar a reducir los índices de delincuencia en las zonas, así como los casos de suicidio”.
Pero no todo es positivo. La exposición excesiva a la luz azul, especialmente la azul-violeta, puede afectar nuestra salud visual. Los dispositivos electrónicos, como pantallas de computadoras, teléfonos celulares y tablets, emiten esta luz.
Aunque la luz azul-turquesa del sol es beneficiosa para regular nuestro ritmo circadiano y procesos cognitivos, la luz azul-violeta puede causar fatiga visual, ojos rojos y dolor de cabeza.
Se especula que la luz azul puede asociarse inconscientemente con la presencia policial o ejercer un efecto calmante en las personas, similar a su uso en el tratamiento de la depresión estacional.
Es importante destacar que, mientras algunas teorías de conspiración surgen en torno a las luces azules, alegando que emiten radiación ultravioleta y forman parte de una conspiración global, estas afirmaciones ya fueron bastamente desmentidas por expertos. Las luces azules son seguras y su propósito es principalmente estético, aunque quizás también de seguridad pública.
MEJORAR LA ILUMINACIÓN LED
En La Plata se podría considerar la implementación de luces azules en el alumbrado público. Pero recordemos que, como en toda historia, hay luces y sombras. La luz azul puede ser un aliado contra la criminalidad, pero también deben cuidarse nuestros ojos en este mundo digital.
Así que, estimado intendente Alak, ¿se atreverá a iluminar nuestras calles con ese tono mágico? La decisión está en sus manos, y quizás, como decía una vieja publicidad de una empresa de transporte colectivo, también en aquella “luz azul en el camino”.
Y si no, olvídese de esta sugerencia, y sólo vuelva a colocar luces donde se apagaron.