La sesión del jueves pasado pasará a la historia como uno de los mamarrachos legislativos más grandes de los últimos tiempos. Para refrescar la memoria vamos a recordar algunos hechos. De viaje en Nueva York, Axel Kicillof pidió que le saquen el endeudamiento que había quedado pendiente desde mitad de año. La vicegobernadora y presidenta del Senado Verónica Magario, movió las fichas, se reunió con opositores y acercó posiciones, o eso creía.
Luego, la matancera se juntó con Alexis Guerrera, presidente de Diputados, Facundo Tignanelli, presidente del bloque UP en Diputados y con María Teresa García, titular del bloque oficialista en Senados. Avisó que iba a convocar a sesionar para tratar el endeudamiento, al unísono los tres le avisaron que no estaban los votos. Todo esto con el gobernador de viaje en el país del norte del continente americano.
Luego, el lunes 29 de septiembre, Kicillof, de regreso en territorio argentino, se sumó a las conferencias de prensa de comienzo de semana y pidió que la Legislatura le saque la “Ley Corta” y que quede para más adelante el Presupuesto 2026. Magario tomó nota de la “indirecta” y llamó a sesionar para el jueves 2 de octubre, incluyó el endeudamiento y en la reunión de labor voló todo al demonio. Los votos, tal le habían avisado, no estaban y Magario intentó tapizar el papelón sesionando de todos modos, pero sin la ley corta.
“Lo hizo para sumar estadísticamente, sesionó dos veces en el año y hacía 100 días que no convocaba”, sostuvo una legisladora ese día. La reunión de Kicillof con Cristina Fernández de Kirchner en San José 1111 no arrimó posiciones, la frialdad de ese dialogo quedó explicito en un gesto que quedará en la historia: no hubo foto.
¿QUÉ ESCONDE LA MOVIDA DE MAGARIO?
En los pasillos de la Legislatura muchos coinciden que, tanto el kirchnerismo como el kicillofismo, está cómodos sin Presupuesto. La teoría de un senador, con muchas negociaciones encima, es que “el kirchnerismo no le va a facilitar nada a Kicillof en su aventura presidencialista, y Kicillof gobierna cómodo así”, lanzó picante el legislador, que tiene la teoría de que el kirchnerismo no perdonará el desplante del gobernador a CFK desde tiempos de la elección como presidenta del PJ nacional. A este movimiento lo calificó como “el destete más caro del mundo. Lo va a pagar muchos años”.
Lo cierto es que Magario sabía que iba a quedar expuesta, mucho afirman que convocó de todas formas para explicar en calle 6 que de esta manera no había forma de avanzar. No le importó pagar el costo, pero el mensaje llegó: sin una negociación amplia, sobre endeudamiento, Presupuesto 2026 y Ley Impositiva, no hay ley corta.
La sesión, que sigue siendo con los palcos de prensa cerrados y los periodistas acreditados mirando por TV, fue de las más bochornosos de los últimos periodos legislativos, con discusiones sin contenido, en donde el triple femicidio narco de Florencio Varela fue le tema que más discusión levantó, sobre todo por la coincidencia del oficialista Sergio Berni con los opositores que contradecían a sus compañeras de bancadas Laura Clarck y Sofía Vanelli que afirmaban que fue un femicidio.
LA OPOSICIÓN ¿DISPUESTA A TODO?
Los que primero levantaron la voz y sentaron posición fueron los legisladores del bloque UCR-Cambio Federal. En un comunicado lanzado antes del 2 de octubre, día de la sesión, avisaron que sin Presupuesto 2026 y sin Ley Impositiva, no hay más endeudamiento. Sabiendo que el gobernador había dado la orden de no negociar nada, la caída del tratamiento era un hecho.
Por el lado del PRO la cosa venía más flexible. Al estar un tanto dividido el bloque, luego de la reunión Magario-Gribaudo (jefe de bloque amarillo) hubo un principio de acuerdo, pero no de todo el bloque, solo los que responden al macrismo explicito, como mucho había 5 voluntades. Poco para llegar a los 31 que se necesitaban para los dos tercios. Más teniendo en cuenta que ni los 21 de Unión por la Patria estaban seguros.
Los tres dialoguistas de Unión y Libertad, Carlos Kikuchi, Sergio Vargas y Silvana Ventura, eran voluntades contadas a favor, la Libertad Avanza, en cambio, no iba a dar quórum ni a levantar las manos de manera favorable.
LOS PEDIDOS QUE FALTAN COMPLACER
Hubo una grieta que se cerró en la Legislatura y todos los diputados y senadores (salvo los kicillofistas) coincidieron: o se negocia todo o no se trata nada. Todo es el mini presupuesto, Presupuesto 2026 y Ley Impositiva.
Claro, los pedidos no quedan en esto que se ve, los subterránea es lo que traba realmente la aprobación. En este paquete entra los cuatro cupos que hay por cubrir en la Suprema Corte (hoy funciona con tres miembros), puestos vacantes y que fueron prorrogados en organismos y empresas provinciales, un fondo para intendentes que no esté atado al endeudamiento, la condonación de la deuda por el FONDO COVID-19, la designación del Subprocurador General, además de seis vacantes en el Tribunal Fiscal de Apelaciones, donde la oposición también debe tener representación. En el Banco Provincia, cuatro lugares del Directorio tienen mandato prorrogado —uno de ellos vacante por fallecimiento—, y la oposición reclama dos de esos puestos. Sin embargo, dentro del oficialismo persiste el debate sobre la distribución interna, ya que los otros cuatro directores finalizan mandato en enero de 2026 y hay quienes buscan discutir desde ahora la renovación completa del cuerpo.
También están pendientes las designaciones de autoridades en las empresas del Grupo Bapro, que se reparten entre oficialismo y oposición, así como la renovación del Contador General de la Provincia, cuyo mandato está vencido. A esto se suman los cargos caducos en el Consejo General de Educación, donde la oposición tiene dos lugares y cuya aprobación depende de la Cámara de Diputados bonaerense.
Ante este panorama no hay ninguna chance de que se sesione antes de las elecciones del 26 de octubre, aunque los tiempos legales están. Eso no sería grave para los bonaerenses, lo que más inquietud genera es que tampoco hay muchas ganas de que se puede resolver antes de diciembre y que Kicillof, por segundo año consecutivo, deba prorrogar el presupuesto aprobado en 2022.