Con la reforma laboral impulsada por el gobierno de Javier Milei como telón de fondo, el peronismo volverá a mostrar este jueves una postal conocida: unidad en la calle, diferencias en la organización. La movilización convocada por la CGT para el 18 de diciembre en Plaza de Mayo contará con el respaldo de todo el arco peronista, aunque con convocatorias diferenciadas que reflejan la interna que atraviesa el justicialismo.
Desde el Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires, que conduce Máximo Kirchner y que se encuentra en pleno proceso de debate por su recambio de autoridades, se emitió un llamado orgánico a acompañar la marcha “en defensa de los derechos laborales”. El comunicado apeló a la tradición histórica del movimiento y citó a Juan Domingo Perón: “Trabajadores: únanse; sean hoy más hermanos que nunca”, con una consigna clara: “Todos a Plaza de Mayo”.
En paralelo, el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), el espacio político que responde al gobernador Axel Kicillof, difundió su propia convocatoria. Con un mensaje más sintético y una impronta marcadamente política, el armado kicillofista llamó a concentrar a las 14 horas en Avenida de Mayo y Tacuarí bajo una consigna directa: “Sin trabajo no hay futuro”. La diferencia no es menor y vuelve a dejar en evidencia que, aun frente a un adversario común como el gobierno libertario, el peronismo se ordena en columnas propias.
Una unidad en tensión
La postal se inscribe en un clima de alta tensión interna, especialmente en la Provincia de Buenos Aires. El PJ bonaerense atraviesa una etapa decisiva, con el mandato de Máximo Kirchner próximo a vencer y la obligación estatutaria de convocar a elecciones partidarias. En ese marco, el kicillofismo viene presionando por una renovación de la conducción y, al mismo tiempo, construye volumen político con la mirada puesta en 2027.
Puertas adentro, nadie parece estar dispuesto a la ruptura. La reforma laboral, el ajuste económico y el conflicto con los sindicatos siguen siendo ejes que ordenan al conjunto del espacio. Sin embargo, las convocatorias separadas confirman que la unidad peronista hoy es más táctica que orgánica, y que cada sector aprovecha cada instancia de movilización para enviar señales hacia adentro.
Este jueves, la Plaza volverá a ser el punto de encuentro. Pero las columnas, los mensajes y los recorridos dejarán claro que la disputa por la conducción del peronismo, y por su futuro electoral, ya está en marcha.

