A Lorena Basque le diagnosticaron un cáncer en el tronco del cerebro, por lo que tenía que comenzar Quimioterapia y Radioterapia. Su obra social, OSPIP, se hizo cargo de la primera, pero no de la segunda. La familia acudió a la justicia para que se resuelva este inconveniente y, en primera instancia el tribunal federal de La Plata falló a su favor. Pero inmediatamente la obra social apeló. La nueva citación era para este viernes, pero fue pospuesta de forma indeterminada por la pandemia.
Lorena tiene 39 años y siempre trabajó de forma independiente. A mediados del año pasado empezó a sentir ciertos malestares en sus brazos y piernas, así que fue al Sanatorio Argentino de La Plata para que la revisen. Le diagnosticaron un principio de ACV, por lo que continuó haciéndose controles, hasta que decidieron hacerle una resonancia, en la que descubrieron un tumor en el tronco del cerebro.
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El sanatorio les dijo que no tenía la capacidad para ese tipo de intervención, así que comenzaron a ir al Hospital del Cruce de Varela, donde en diciembre le realizaron una biopsia, en la que le confirmaron que tenía un cáncer maligno en el tronco del cerebro, que no se podía operar. Los médicos le dijeron que tenía que empezar Quimioterapia y Radioterapia, por lo que su esposo, Marcelo, presentó la documentación necesaria en su obra social, OSPIP.
En ese momento se hicieron cargo de la Quimioterapia, pero es un tratamiento que debe realizarse en conjunto, y necesitaba la aprobación de la Radioterapia. “Yo en ese momento estaba sin trabajo, pero sabía que me correspondía hasta marzo la obra social, por mi anterior laburo”, explica Marcelo.
A partir de ese momento el proceso fue de trabas e inconvenientes para la familia. “Nos decían que faltaba presupuesto, que faltaba una auditoria, que falta esto o lo otro”, reclama el esposo. Mientras tanto seguía corriendo el tiempo y la situación de Lorena empeoraba.
“A mediados de febrero me dijeron que se me terminaba la obra social, y que no se iban a hacer cargo. Les expliqué que yo había presentado todos los papeles en enero y que hace un mes me vienen pateando”, cuenta Marcelo.
A partir de esto buscó un abogado para presentar un recurso de amparo. En primera instancia, en febrero de este año, el tribunal falló a favor de Lorena. La obra social tenía que autorizar y derivar para comenzar el tratamiento. “Me fui de los tribunales de 8 y 50 directo a la delegación de OSPIP en La Plata, pero no me lo quisieron recibir, así que tuve que ir a Capital Federal”. Al otro día de presentárselos, la obra social apeló contra la decisión del juez.
Esto provocó que se estire toda la definición. Esperaron hasta que se tome una nueva citación, que quedó confirmada para el pasado viernes 20 de marzo. La audiencia era a las 9 de la mañana, pero el jueves les avisaron que había sido pospuesta por tiempo indeterminado, por la pandemia. “Entiendo este problema, pero alguien también tiene que entenderme. A mi esposa la están dejando morir porque no está pudiendo hacer ningún tipo de tratamiento”, cuenta Marcelo impotente.
No tienen nueva fecha para esta auditoría en la que esperaban una respuesta favorable para que Lorena comience a realizar los tratamientos como se debe. Ni la obra social ni la justicia se hacen cargo de la situación y la familia continúa viviendo un calvario.
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