Si en algo han coincidido La Libertad Avanza y Fuerza Patria durante esta campaña es en la importancia que tienen las elecciones legislativas del domingo para el futuro inmediato del país. La coalición peronista apuesta a ganar para “ponerle un freno a Milei“, mientras que el oficialismo libertario quiere hacerse de una victoria que le permita sellar el acuerdo con Estados Unidos. Pero ¿Qué es ganar o perder en este caso?
La pregunta, que puede parecer obvia, llegó hasta la Dirección Nacional Electoral (DINE) que esta misma semana tuvo que cambiar la manera en la que se van a publicar los resultados provisorios luego de una queja presentada por los apoderados de Fuerza Patria. Por decisión de la Cámara Nacional Electoral (CNE) el domingo a la noche se van a conocer los resultados de cada distrito lo que permitirá saber quién ganó y quién perdió en cada jurisdicción.
Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires se eligen diputados nacionales para renovar 35 de las 257 que tiene la Cámara de Diputados de la Nación. De esos 35, actualmente 15 están en manos de Unión por la Patria y solo 2 a La Libertad Avanza. Esto significa que el bloque peronista es el que más escaños arriesga el domingo mientras que el libertario tiene más para ganar.
Solo a modo ilustrativo tomemos los resultados de las elecciones legislativas bonaerenses que fueron el 7 de septiembre. En esa contienda, Fuerza Patria obtuvo el 47% de los votos y La Libertad Avanza (en su alianza con el PRO) el 33%. Si se diera un resultado exactamente igual, Fuerza Patria podría quedarse con 19 bancas y los libertarios con 14, es decir que el peronismo no perdería e incluso aumentaría su participación legislativa mientras que La Libertad Avanza crecería exponencialmente.
Sin embargo, en este caso pareciera ser más importante ver la conformación total de las cámaras porque ahí está la clave para los próximos dos años. Estos últimos meses la oposición demostró que puede ponerse de acuerdo para impulsar sesiones especiales, conseguir quórum y hastas mayorías especiales para anular vetos o sancionar leyes. Esto es precisamente lo que quiere frenar el Gobierno Nacional de Javier Milei, no solo para terminar con la sanción de normas que le incomodan sino también para impulsar su propia agenda legislativa.
Para esta lectura hay que tener en cuenta algunos números: en Diputados se necesita a más de la mitad de los miembros para una mayoría absoluta (129 legisladores) y un tercio de la cámara para frenar las mayorías calificadas o especiales (es decir, 77 bancas). Hoy, La Libertad Avanza tiene apenas 35 y el PRO suma otras 37 aunque siempre le aparece algún rebelde. En medio de escándalos y de una campaña accidentada, el presidente Milei reconoció que a eso aspiran en estas elecciones. “Un buen resultado sería uno que me asegura un tercio en la Cámara”, admitió en una entrevista que dio en la TV Pública.
Algo similar sucede en el Senado que renueva 24 bancas (un tercio de la Cámara). En este caso, el oficialismo no pone en juego ninguno de los 6 escaños que tiene por lo que no tiene nada para perder. Sin embargo, está muy lejos de llegar a las 25 que necesita para hacerse de ese tercio defensivo. Incluso quedándose con la mitad de las bancas que entran en juego este domingo cosa que solo podría hacer con buenos resultados en los 8 distritos que eligen senadores (CABA, Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, Salta, Santiago del Estero y Tierra del Fuego).
En resumen, esto significa que el oficialismo va a tener que dialogar con otros espacios y aliarse para conseguir mayorías, incluso si gana las próximas elecciones. Acá serán fundamentales los bloques minoritarios y, por supuesto, la relación entre La Libertad Avanza y el PRO de Mauricio Macri. “Con nuestros aliados más afines podríamos llegar a 100 votos en la Cámara Baja y empezaríamos a encontrar una dinámica parlamentaria que nos va a permitir viabilizar las reformas”, estimó Milei. ¿Lo logrará?