El cierre del año televisivo encontró a “Buenas noches Familia” con una escena poco frecuente en la pantalla abierta de los últimos años.
Este martes 23 de diciembre, el programa conducido por Guido Kaczka reunió a algunas de las voces más emblemáticas de la música popular argentina en una noche atravesada por la emoción, el humor y una causa solidaria que le dio un sentido extra al último envío del ciclo, y que hizo recordar a la televisión de la época de Juan Alberto Badía y otros grandes de los 80 y 90.
Un encuentro que se vivió como si fuera “un fogón”
La imagen central fue la interpretación colectiva de “Sólo le pido a Dios”, encabezada por León Gieco y acompañada por un grupo diverso de artistas que compartieron escenario en un clima íntimo y relajado.
Lejos de la rigidez televisiva, el momento tuvo una impronta cercana, definida por el propio Gieco como un auténtico “fogón”, donde primaron la camaradería y la complicidad entre colegas.
Ese espíritu también se coló en los comentarios al aire. Sandra Mihanovich aportó una cuota de humor al reconocer las dificultades para coordinar los ensayos: “Tenemos que decir la verdad. León nos quiso juntar a ensayar y muchos no podían”, dijo entre risas, reforzando la idea de un encuentro más espontáneo que planificado.
Un escenario compartido por referentes de la música
Además de Gieco y Mihanovich, participaron Juan Carlos Baglietto, Hilda Lizarazu, Patricia Sosa, Víctor Heredia, Lito Vitale, Julia Zenko, Lula Bertoldi, Willy y Raúl de Tipitos y Peteco Carabajal, entre otros.
La convivencia de distintas generaciones y estilos reforzó el carácter colectivo del especial y generó una respuesta emotiva tanto en el estudio como en la audiencia.
El impacto fue visible incluso en el conductor. Guido Kaczka se mostró conmovido por la entrega de los músicos y por la reacción del público, que acompañó cada canción con aplausos sostenidos y una participación activa.
Más de 40 millones de pesos para una causa urgente
El especial no se agotó en lo artístico. La dinámica solidaria impulsada durante la emisión permitió que el premio otorgado por la audiencia superara los 40 millones de pesos, destinados a la Fundación Casa de la Música.
El proyecto tiene como objetivo brindar alojamiento digno a músicos en situación de vulnerabilidad, una problemática persistente dentro del ámbito cultural.
Durante el programa, León Gieco destacó el valor del formato y agradeció el espacio: “Estamos contentos de estar acá porque el formato de tu programa es muy importante, porque aparte de hacer un programa que es divertido, ayudás a mucha gente”.
Sus palabras subrayaron el rol social que puede asumir la televisión cuando articula entretenimiento y compromiso.
La Casa de la Música y el detrás de la campaña
Sandra Mihanovich explicó el estado actual de la obra y la necesidad de seguir recaudando fondos: “Se está arreglando y estamos acá para que se termine de hacer. Si Dios quiere, se va a terminar para mediados del año que viene. Nos faltan unos pesos, por eso venimos a cantar, para ganar unos pesos”.
El testimonio reflejó una práctica habitual del sector artístico, donde la autogestión aparece como respuesta ante la falta de respaldo sostenido.
Por su parte, Patricia Sosa puso en palabras la urgencia social del proyecto: “Es para los músicos en situación de vulnerabilidad. Músicos que se pusieron viejitos o ya no pueden tocar, o se enfermaron, o quedaron en situación de calle. Vimos hace poco a un bandoneonista que estaba tocando, le afanaron el bandoneón y era un señor en situación de calle. Sin trabajo. La casa de la música se hace para abrirle los brazos a tanta gente que lo necesita y que todavía no tenía dónde ir”.
La noche también incluyó la interpretación de “Inconsciente colectivo”, de Charly García, otro de los momentos más celebrados del programa. La combinación de clásicos, testimonios y solidaridad permitió cerrar el año con una recaudación récord y una señal clara acerca de que la música popular argentina podría seguir siendo un espacio de encuentro, memoria y contención, como en sus mejores épocas.

