La confirmación de los primeros tres casos del subclado K de la influenza A (H3N2) en Argentina encendió una nueva señal de alerta en el sistema de vigilancia epidemiológica y volvió a poner en agenda la combinación de herramientas disponibles para enfrentar una posible mayor circulación del virus: prevención, vacunación y tratamiento oportuno.
La detección de esta variante (también conocida como “supergripe” por su mayor capacidad de transmisión) se produjo en un contexto de baja circulación habitual de virus respiratorios en el país. Sin embargo, su expansión acelerada en el Hemisferio Norte y en varios países de la región llevó a las autoridades sanitarias a reforzar el monitoreo y a actualizar las recomendaciones clínicas.
Aunque hasta el momento no se observó un aumento significativo de internaciones en terapia intensiva ni de mortalidad, los antecedentes de temporadas dominadas por influenza A (H3N2) muestran un mayor impacto sanitario, especialmente en adultos mayores y personas con enfermedades preexistentes. Este subtipo se asocia a cuadros más intensos y a un mayor riesgo de neumonía, infecciones bacterianas secundarias y descompensaciones de patologías crónicas.
Oseltamivir: un antiviral conocido con indicaciones precisas
En paralelo a la confirmación de los casos, el Ministerio de Salud de la Nación volvió a destacar el rol del oseltamivir como herramienta terapéutica complementaria a la vacunación, especialmente en pacientes con factores de riesgo. Se trata de un antiviral inhibidor de la neuraminidasa, una enzima clave para la replicación del virus.
“El tratamiento antiviral con oseltamivir es una herramienta complementaria a la vacunación, especialmente útil en pacientes con factores de riesgo. Su mayor efectividad se observa cuando se administra dentro de las primeras 48 horas del inicio de los síntomas”, precisó el BEN.
La evidencia disponible indica que, en pacientes ambulatorios de alto riesgo, el antiviral reduce la duración de los síntomas y la incidencia de complicaciones, mientras que en personas hospitalizadas con influenza grave se asocia a una menor duración de la internación y a una reducción del riesgo de mortalidad.
Sin embargo, las autoridades sanitarias remarcaron la necesidad de evitar el uso indiscriminado del fármaco. El infectólogo Ricardo Teijeiro, del Hospital Pirovano y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), remarcó que el oseltamivir “no es una novedad” y que “todo tratamiento antiviral debe indicarse con diagnóstico médico adecuado, ya que el mal uso favorece la aparición de resistencia”. En ese sentido, el BEN destacó que durante 2024 no se detectó un aumento de cepas resistentes al oseltamivir en el país.
Vacunación y recomendaciones en la Provincia de Buenos Aires
Frente a este escenario, el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires reforzó el llamado a la vacunación antigripal, al tiempo que mantiene el monitoreo epidemiológico ante la posibilidad de un adelanto de la temporada de gripe. La vacunación sigue siendo la principal herramienta de prevención para reducir cuadros graves, internaciones y fallecimientos.
La inmunización es gratuita y está dirigida al personal de salud; personas embarazadas y puérperas; niños y niñas de 6 a 24 meses; personas de 65 años y más; personas de entre 2 y 64 años con factores de riesgo; y personal estratégico. Además, los especialistas recomiendan vacunarse si no se recibió la dosis en el año, en especial antes de viajar al exterior.
A las vacunas se suman las medidas clásicas de prevención: lavado frecuente de manos, ventilación de ambientes, uso de pañuelos descartables, consulta temprana ante síntomas y evitar la automedicación. En caso de sospecha de gripe, se aconseja reposo, hidratación y limitar el contacto social para reducir la transmisión.
Aunque el subclado K no mostró hasta ahora mayor gravedad clínica, su mayor transmisibilidad y la experiencia internacional mantienen encendidas las alertas sanitarias. En ese marco, la combinación de prevención, vacunación y uso racional de antivirales aparece como la estrategia central para mitigar su impacto en la población.

