Los distintos sectores que componen hoy la UCR bonaerense parecen decididos a enfocar su estrategia electoral en la construcción de un espacio “de centro”, asociados a fuerzas políticas que encuentran en el kirchnerismo y en La Libertad Avanza un límite impasable.
“Lejos de los dos populismos”, fue el veredicto de la ronda de consultas que Miguel Fernández llevó a cabo por todo el territorio provincial. La misma premisa sostienen Facundo Manes, todos intendentes bonaerenses y los dirigentes alineados con Martín Lousteau. En algunas secciones, como la Octava o Capital -es decir, en La Plata- se presentó hace semanas una alianza de esas características.
Que haya coincidencia en la estrategia no implica necesariamente que se vaya a dar la unidad. De hecho, hasta ahora la construcción de Facundo Manes, asociado al cordobés Schiaretti, no empalma con la idea del Comité Provincia que explora acuerdos con Emilio Monzó, dirigentes desencantados del PRO, intendentes vecinalistas, socialistas, lilitos y margaritos.
Pueden darse incluso acuerdos muy acotados en términos territoriales. Por ejemplo, uno incluye a los hermanos Passaglia, que podrían capitanear el armado en la segunda sección, con la prerrogativa de que en el norte bonaerense la alianza lleve el nombre de su flamante partido.
Todo esto ocurre mientras el PRO -viejo aliado de la UCR- y La Libertad Avanza cierran una sociedad que deja un margen muy estrecho para incorporar al radicalismo. Cristian Ritondo, vocero de la flamante alianza, blanqueó que sigue “hablando con algunos radicales” pero “no con el partido”.
Estos dichos tienen vínculo directo con la sospecha de parte de la dirigencia radical en torno a un posible dictamen por la “libertad de acción” de los dirigentes que se incorporen, por cuenta propia, a la armada oficialista. También surge la posibilidad de que el radicalismo decida cortarse solo y desempolve la vieja lista 3.
Estas especulaciones quedarán de lado el próximo en menos de 24 horas, cuando una inédita convención de contingencia -formulada a raíz de las diferencias internas que las urnas no pudieron saldar- decida el rumbo que toma el partido. En el búnker de Manes -que se abrió del partido hace un mes- esperan un llamado de los correligionarios para intentar un acuerdo. En la vereda opuesta aseguran que no habría problema en sumarlo.
En el espacio alineado con Martín Lousteau dan por hecho que ese acercamiento se va a producir. “Si Facundo quiere encabezar en octubre y ser candidato a presidente en 2027 lo vamos a apoyar. Eso sí, primero que se dé una vueltita por alguna sección”, deslizan con picardía. Hasta el cierre de esta nota, el teléfono no había sonado, pero el optimismo no se perdió. “Todo puede pasar, quedan unas horas”. Si, menos de 24.