El embajador argentino en Israel, Axel Wahnish, tuvo una “participación destacada” (y casi inolvidable) durante una entrevista con Eduardo Feinmann que, en cuestión de minutos, se transformó en material de debate, memes y perplejidad generalizada en las redes.
El diplomático, obviamente alineado con el discurso del Gobierno, decidió redoblar la apuesta y presentar al presidente Javier Milei como un fenómeno global en la misma sintonía que los grandes íconos populares argentinos. Y lo hizo con frases que, minimamente, encendieron la polémica.
Según Wahnish, “en el mundo el presidente es visto como un líder de la libertad y de la democracia”, una afirmación que ya de por sí despertó cejas levantadas entre propios y ajenos.
Pero eso no quedó allí, en esa misma línea, reforzó la idea asegurando “que está, no solo luchando para hacer que Argentina vuelva a crecer y prosperar, también es el símbolo de lucha, libertad y democracia”. Sin embargo su arenga elogiosa al mandatario libertario escaló aún más.
La convicción del embajador al referirse a su líder político fue tan enfática como cuestionada, sobre todo porque contrasta con los debates internacionales que suele generar Milei, donde no siempre se lo encuadra precisamente en esos términos.
Una comparación que hizo ruido
Aunque hasta ahí, el discurso de Wahnish podía interpretarse como parte del libreto oficial: destacar al Presidente, remarcar su aparente impacto internacional y reforzar la idea de un liderazgo único.
Pero el embajador decidió avanzar todavía otro paso más, arriesgándose a una analogía que descolocó incluso a algunos de sus seguidores más fieles.
Relató que, según su experiencia personal en Israel, el modo en que se asocia la imagen de Argentina habría cambiado radicalmente con el paso del tiempo. Primero, explicó, el vínculo inevitable era futbolero. “Yo hace 20 años caía en Israel: Argentina-Maradona; hace 10 años: Argentina-Messi; ahora: Argentina-Milei. Es la triple M”, sostuvo sin dudar.
El cierre contundente de esa frase quedó flotando en el aire como una mezcla de ocurrencia, audacia y desconexión del sentido común, lo que impulsó a miles de usuarios a viralizarla con todo tipo de interpretaciones irónicas.
Lo cierto es que la comparación no pasó inadvertida. Equiparar al Presidente con los dos máximos argentinos, íconos del fútbol mundial, fue leído más como un exceso que como una apreciación aceptable.
El contraste generó una ola de reacciones que fue desde la burla directa hasta el desconcierto total. En X (ex Twitter), algunos usuarios replicaron el fragmento de la entrevista calificándolo de “insólito”, mientras que otros aprovecharon la “triple M” para fabricar creatividades que recorrieron grupos de WhatsApp, historias de Instagram y hasta transmisiones en vivo de streamers locales.
Repercusiones y dudas internas
Más allá del humor, el episodio dejó entrever una pregunta que empezó a circular incluso en ámbitos diplomáticos: ¿hasta qué punto declaraciones tan grandilocuentes ayudan a construir la imagen del país?
Wahnish, embajador argentino en Israel, que suele ubicarse entre los defensores más férreos del espacio libertario, eligió nuevamente un camino comunicacional sin matices, apostando a una épica que choca con la visión que muchos gobiernos, analistas y medios extranjeros tienen de Milei.
Mientras tanto, en las redes el tema sigue sumando comentarios y reacciones, la “triple M” del embajador ya quedó guardada en la memoria colectiva digital, lista para reaparecer cada vez que el ingenio popular lo disponga.

