En A24 hablaban con Gustavo Ramos, el dueño de un hotel alojamiento de Mar del Plata, sobre la problemática que atraviesa el sector en plena pandemia. El empresario contaba sus penurias, los protocolos y las posibilidades de trabajar de acuerdo a ellos.
Pero el medio de la charla, una voz en el teléfono: la de Guillermo Montenegro, intendente local, que intentaba “engancharse” en la comunicación vía Skype, interrumpió la conversación.
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La desprolijidad al aire corrió como reguero de pólvora por las redes sociales. La cara del periodista Maxi Montenegro, que estaba a cargo del segmento, va camino a convertise en meme.
Primero se especuló con que Montenegro -el intendente- intentaba comunicarse con el dueño del hotel, luego se aclaró que intentaba ponerse en contacto con la producción y que estaba pautada la nota.
Hoy mismo el intendente de Mar del Plata fue noticia por otra circunstancia parecida. Es que se filtró un audio en el que se queja del manejo de la pandemia que hacen las autoridades bonaerenses.
“Tengo una calentura que vuelo”, admite el intendente en el mensaje, en el que se queja de que le “inventan” números de contagiados y fallecidos.
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