Mar del Plata arrancó diciembre con un dato que encendió comentarios en toda la ciudad, porque el agua del mar llegó a 18,5°C, una marca que no se veía desde hace diez años para esta altura del calendario.
La temperatura venía trepando de manera constante en los últimos días, con un salto llamativo entre el 3 y el 5 de diciembre. El valor quedó por encima del promedio habitual para esta época y activó todo tipo de proyecciones sobre cómo será el inicio del verano en la costa atlántica.
Los registros comenzaron a llamar la atención cuando a principios de semana el mar se ubicó cerca de 17,5°C, un nivel poco frecuente tan temprano en la temporada pre estival.
Esa cifra ya anticipaba un comportamiento atípico, pero el repunte posterior terminó confirmando que diciembre había arrancado con un mar inusualmente tibio. La ciudad, acostumbrada a temperaturas marinas más frías, vive ahora un fenómeno que combina curiosidad con “alivio para los bañistas” y algo de asombro entre quienes siguen de cerca la dinámica costera.
Un fenómeno climático que se suma a una tendencia mayor
Especialistas atribuyen el calentamiento a una mezcla de factores, y refieren a días despejados con fuerte radiación solar, más vientos débiles que no generan mezcla en la superficie, y lo suman a corrientes oceánicas que estarían aportando agua más cálida desde el norte.
Esa combinación favoreció que la capa superficial del mar se templara rápidamente, algo que suele notarse más en diciembre cuando el clima acompaña.
Si la tendencia continúa, la temporada podría arrancar con un mar más amable para los turistas, algo que siempre juega a favor de la ciudad.
Sin embargo, no todo es celebración. Los investigadores marinos recuerdan que estos episodios pueden enmarcarse en procesos más amplios de calentamiento oceánico, con impacto en especies, corrientes y ecosistemas costeros.
Aunque el efecto inmediato sea agradable para quienes pisan la arena, el trasfondo ambiental requiere atención.
Con o sin récord definitivo, diciembre ya dejó una imagen poco habitual: un mar templado desde el arranque y una ciudad sorprendida por su propio clima.

