El mediodía en el límite de los barrios Belisario Roldán y Coronel Dorrego de Mar del Plata se convirtió en un escenario de guerra. Un joven policía de apenas 20 años terminó internado en estado crítico después de recibir un balazo en la cabeza durante un allanamiento contra una banda narco que operaba en la zona.
El procedimiento, ordenado por la Justicia y ejecutado por el área de Drogas Ilícitas, buscaba desactivar una red de venta de estupefacientes. Antes de irrumpir en la vivienda señalada, los efectivos realizaban el seguimiento de una Volkswagen Amarok azul sospechada de participar en la logística de la organización.

Pero la irrupción de dos jóvenes en moto alteró todo el operativo en cuestión de segundos. Sin aviso ni intercambio previo, uno de ellos abrió fuego directamente contra los policías. Uno de los disparos impactó en la cabeza del agente más joven del grupo, que se desplomó mientras sus compañeros intentaban repeler el ataque.
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En una carrera desesperada, lo trasladaron al Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), donde permanece internado en grave estado.
Los agresores huyeron a toda velocidad y, según las primeras hipótesis, serían “soldaditos” encargados de vigilar el territorio donde se movía la banda. La fiscal María Florencia Salas investiga el ataque como un intento de homicidio, mientras que la fiscal de Estupefacientes, Daniela Ledesma, continúa la pesquisa que dio origen al operativo.
En el lugar trabajaron también agentes de la DDI y peritos de Policía Científica, que levantaron vainas servidas y otras pruebas clave para identificar a los atacantes y reconstruir el movimiento previo a la emboscada.
La cacería por los responsables sigue abierta. Mientras tanto, el policía baleado lucha por su vida.

