El día de la Memoria por la verdad y la justicia podía haber sido un paréntesis en las internas del Gobierno nacional, agudizadas tras la firma del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que dejó de un lado a Alberto Fernández y la dirigencia del PJ tradicional y, del otro, a La Cámpora, encarnando el kirchnerismo más duro. Pero, a pesar de los esfuerzos de algunos dirigentes, no lo fue.
Con Máximo Kirchner a la cabeza, La Cámpora -apoyada por un abanico de intendentes y dirigentes peronistas- mostró su envidiable poder de movilización y copó la Capital Federal con sus columnas. Alberto Fernández se apegó a las formas institucionales y eligió dar un discurso desde el Auditorio del Centro Cultural de la Ciencia, en el Polo Tecnológico del barrio porteño de Palermo.
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A la hora de las declaraciones también hubo diferencias. La diputada nacional Victoria Tolosa Paz, identificada con el kirchnerismo pero cercan a Alberto, tendió puentes. Llamó a “sostener la unidad” frente a lo que consideró el riesgo de que vuelvan “políticas que estuvieron en el 76, que se replicaron en los 90, y que hoy aparentemente y en voz de Macri, siguen latentes”.
Tolosa Paz, que participó de la multitudinaria movilización a Plaza de Mayo, abogó por sostener “la unidad de nuestro frente, con las diferencias que han quedado expuestas, pero con una vocación muy fuerte de seguir construyendo el debate interno, no tengo dudas que vamos a lograrlo”.
En esa línea manifestó que el compromiso de cara al 2023 es “poder seguir construyendo el avance de lo que prometimos y lo que estamos haciendo, por ejemplo en materia de empleo, donde la desocupación comienza a ceder, no prroducto de la magia sino de políticas muy importantes que fueron parte central del gobierno del Frente de Todos”.
La respuesta de La Cámpora
Del otro lado hubo un refuerzo pirotécnico. Andrés Larroque, ministro de Desarrollo de la Comunidad y referente de La Cámpora, lanzó una chicana de las que lastiman.
“El Presidente estaba en un espacio político, después fue jefe de campaña de un espacio que sacó 4 puntos en la elección de la provincia de Buenos Aires”, disparó, en un intento de mostrarle a Fernández quiénes son los dueños de los votos y en clara referencia a la elección de 2017, en la que Alberto Fernández empujó la candidatura de Florencio Randazzo a Senador nacional.
Luego de la chicana, Larroque sorprendió con una recomendación al Presidente: “tiene que convocar a una mesa de diálogo”, reclamó, para lograr el “funcionamiento” del Frente de Todos.
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