La memoria se actualiza y digitaliza para trascender, para no olvidar. “Huellas Digitales de la Memoria”, es un proyecto de reconstrucción, que reconoce y usa a la tecnología como herramienta para inmortalizar.
Una de las coordinadoras y creadoras de este proyecto es María Alejandra Esponda, antropóloga social, investigadora e integrante de H.I.J.O.S La Plata. El 29 de junio de 1977, su padre y su madre fueron secuestrados en su casa ubicada en calle 65 Nº 1331, por un grupo comando.
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Las dos hijas de la pareja —de 1 año y medio, y 5 días— quedaron al cuidado de la abuela materna, que en ese momento estaba en la casa. Ambos estuvieron secuestrados en la comisaría 5ta de La Plata. A los quince días, María Ester fue liberada y Carlos fue “trasladado”. Aún permanece desaparecido.
Con esa historia en la espalda y en el corazón —y con la militancia cotidiana durante toda su vida—, Alejandra comprendió la necesidad de conocer las historias de cada una de las personas desaparecidas por la última dictadura cívico-militar en Argentina. Junto a ella, este proyecto fue iniciado por Claudia Bellingeri, quien también es integrante de H.I.J.O.S La Plata.
“Hubo historias de desaparecidos que se conocieron más que otras. La idea de este proyecto nace para visibilizar esas otras historias que no son tan conocidas, y geolocalizarlas”, expresa María Alejandra Esponda en comunicación con Infocielo.
Y es que Huellas Digitales de la Memoria, propone reconstruir la vida de personas desaparecidas durante 1976 y 1983 en La Plata, Berisso y Ensenada, y a su vez mostrar en un mapa dónde fueron secuestradas.
La búsqueda de identidad, donde todo comenzó
Todo comenzó en 2018 con muy pocos casos, según Alejandra. “Cada historia fue construida muy a conciencia. Errores tal vez hay, somos humanos y la construcción de las historias es difícil porque a veces no hay información, entonces hay que ir reconstruyendo”, afirmó.
Para desarrollarlo, desde H.I.J.O.S La Plata, un medio platense y los demás organismos que desarrollan el proyecto, utilizan los datos del Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado, análisis de otros registros documentales, investigaciones históricas, las reparaciones de legajos realizadas por la UNLP y otras instituciones del Estado.
También parten de los testimonios de sobrevivientes, compañeros y familiares y fuentes judiciales; específicamente de los testimonios del Juicio por la Verdad y los juicios orales que se llevan a cabo desde la reapertura de las causas. “Hay compañeros de los que hay muy pocas cosas. Para cada caso nos tomamos un tiempo, buscar si hay otros materiales de vivencias y experiencias. Siempre fue la idea plasmar la vida de las personas: su barrio, su trabajo, lo que estudiaba, con quien vivía”, manifiesta Alejandra.
Huellas Digitales de la Memoria empezó “muy a pulmón”, y creció mucho más cuando se incorporó la Prosecretaría de Derechos Humanos de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FAHCE-UNLP), y posteriormente la Prosecretaría de Derechos Humanos de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) —además de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, Familiares de detenidxs desaparecidxs y presas por razones políticas y gremiales La Plata, la Subsecretaría de Derechos Humanos de Ensenada y la Mesa de familiares víctimas del terrorismo de Estado Ensenada—.
Al respecto, Guadalupe Godoy, Directora de Programas de Memoria de la UNLP, explicó a Infocielo: “Nosotros nos sumamos con un aporte concreto que tiene que ver con que muchas de esas víctimas de la región son personas que atravesaron la UNLP y por lo tanto teníamos todo el producido de lo que estamos llevando adelante, como una de nuestras políticas institucionales, que es el programa de reparación de legajos de víctimas del terrorismo de estado”.
También explicó que otras herramientas de donde sacar información sobre cada historia son “los homenajes, los recordatorios que se han hecho a lo largo de estos años y las entrevistas con familiares”, y agregó que “recientemente se sumó lo que es el Espacio Memoria ex Comisaría 5ta, que ellos a su vez también realizan las biografías de las personas que fueron vistas en ese lugar”.
Reconstruir la historia colaborativamente
Si algo tiene de enriquecedor este proyecto, además de aportar a la reconstrucción histórica, es la cantidad de manos que están detrás. Más allá de los organismos que trabajan incansablemente, también está abierto un canal —el mail [email protected]— para que cualquier persona pueda aportar con una foto, un video, un dato, una anécdota.
“Funciono el mail, sobre todo inicialmente. Necesitamos incorporar una foto, gente que hable de estas personas, conocer anécdotas, donde militaban”, dice Alejandra y agrega que es más difícil saber quiénes eran los trabajadores que los estudiantes: “Son más difíciles de reconstruir. Saber donde trabajaban es saber si había actividad sindical, si eso fue el motivo de su desaparición, si participaban de huelgas, etc.”.
En ese sentido, la integrante de H.I.J.O.S La Plata cuenta que el trabajo de reconstrucción es muy difícil, porque a la hora de leer los casos “te das cuenta que estaban cenando con los amigos en la casa y se los llevaron a todos juntos. También te das cuenta que hay historias están relacionadas, gente desaparecida que se conocía de antes, que compartían la vida”.
También sostiene que el trabajo más emocionante para ella es el de fotos: “hay de diversas calidades, hay algunas que no se pueden acomodar pero por lo menos están. La tristeza es cuando no encontrás fotos de alguien. Es terrible, a mi eso es de lo que mas me afecta. Cada construcción es meterse y lo que te mueve conmueve”.
Huellas, un proyecto donde la memoria se actualiza
Si en Google escribimos la palabra memoria, la primera definición que aparece dice: “capacidad de recordar”. Pero si buscamos un poco más, se explica que “es una función del cerebro que permite al organismo codificar, almacenar y recuperar la información del pasado”.
Tal vez, las personas que desarrollaron la plataforma tomaron esas acciones que describen a la memoria para llevarlas al mundo virtual: codifican, almacenan y recuperan la historia dentro de una plataforma online. Pero eso no es todo, también geolocalizan.
Si ingresamos a la página oficial, nos encontramos con un mapa, similar al de Google Maps, con muchas huellas color rosa que marcan una dirección concreta: el lugar en donde fueron secuestradas esas personas. Si clickeamos en una de ellas, instantáneamente nos cuenta quién fue y en qué fecha ocurrió el hecho.
“Geolocalizar las huellas resulta también una herramienta pedagógica muy potente, en cuanto a un aporte a una construcción de memorias colectivas en los barrio, en las distintas regiones”, cuenta Guadalupe Godoy a Infocielo y agrega: “tiene esa riqueza de poder contribuir a situar lo sucedido y a que se elabore un entorno a cada uno de esos hechos: memorias colectivas situadas”.
Incluso uno de los objetivos a largo plazo es que esas huellas se puedan convertirse también en físicas, a través de códigos QR “u otras formas que permitan que esa información tenga algún tipo de soporte físico”, explica la Directora de Programas de Memoria de la UNLP.
Dónde estamos y a dónde vamos
La primera etapa de este proyecto que aun tiene mucho trabajo por delante, fue la de reconstruir las historias de 758 personas fueron secuestradas, detenidas, desaparecidas y/o asesinadas en La Plata Berisso y Ensenada. “Ahora vamos a llevar adelante una segunda etapa que tiene que ver con aquellas personas que, si bien los hechos de los que fueron víctimas no sucedieron en nuestra región, si nacieron aquí”, cuenta Guadalupe Godoy a este medio, y explicó que son 181 casos.
“Y después nosotros como Universidad vamos a agregar una tercera etapa, para que nos quede la información completa de las casi 800 victimas de terrorismo de estado que fueron parte de la comunidad universitaria. Serian aquellos que, si bien no nacieron aquí y tampoco fueron victimas del terrorismo de estado aquí, sí tuvieron un momento vital de su vida en la ciudad de La Plata, Berisso y Ensenada”, finalizó.
Este 24 de marzo, Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, conocer historias de personas que vivieron y caminaron las mismas calles que caminamos hoy, es una manera de conmemorar este día y mantener la memoria viva.
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