Santiago Maratea lanzó un reclamo que nadie tenía en la agenda del verano. En un video grabado en la playa, de pie, torso desnudo y fondo de mar, iba alternando (mediante edición) distintos trajes de baño que él mismo llevaba puestos. Cada cambio de modelo reforzaba el punto central: todos, según su criterio, le quedaban demasiado cortos, siempre por encima de la rodilla, sin excepción.
En su mirada tal situación demuestra que en Argentina los hombres viven una crisis silenciosa: simplemente no existen shorts de baño más largos.
“Son estos, estos, estos y estos… y todos cortitos”, se quejó mientras la edición iba reemplazando un short por otro, cambiando colores y estampas pero jamás el largo.
“Los más surfer te quedan justo en la rodilla, pero ninguno baja un poco”, insistió, marcando el problema como si fuera una especie de conspiración textil contra los amantes de la tela extra.
“Los pibes usan más largo… ¿y nosotros?”
Entre queja y gesto de fastidio, Maratea también sumó una observación generacional. Señaló que muchos pibes jóvenes directamente usan bermudas más largas, lo que vuelve aún más incoherente que los trajes de baño no sigan esa misma tendencia.
“No podés estar a la noche refachero con bermudas largas y al otro día caer con estos trajes de baño”, argumentó. Para él, la continuidad estética importa: si la ropa casual es larga, el short de playa debería acompañar.
Después tiró la amenaza más celebrada del video:
“Si no se venden trajes de baño que bajen un poquito de la rodilla, los fabrico yo. Dos likes y me pongo ya.”
Le dieron miles, por supuesto.
Respuestas entre humor, ofertas y correcciones
Las más de tres mil respuestas hicieron de todo. Algunos lo corrigieron con paciencia:
—“Eso se llama bermuda, Santi.”
Otros fueron más filosos:
—“Hermano, estás pidiendo el pantalón del Chavo del 8.”
Hubo también emprendedores que aprovecharon la viralidad para ofrecerle sus shorts largos, pescadores tres cuartos, bermudones y rarezas textiles que parecían salidas de un catálogo alternativo del 2005.

Para muchos, el reclamo era exagerado pero gracioso, y para otros era la oportunidad para el influencer Maratea de mostrarse con el torso descubierto, con todo lo hegemónico que eso podría exhibir.
El dilema del “largo” argentino
El video reavivó un viejo dilema de cada verano: el largo del traje de baño masculino. Argentina va y viene entre el short bien corto futbolero, el modelo surfer clásico y el pescador tres cuartos que alguna vez fue rey de la rambla.
Entre tendencias globales que achican, nostalgias que alargan y experimentos que vuelven, el país vive un péndulo que Maratea empujó con humor involuntario (jamás una sunga).
Su queja, en definitiva, tocó un nervio cultural. La medida del short importa, aunque sea para burlarse. Y en la mezcla de ironía, estética y nostalgia playera quedó claro que medio país tenía algo para decir sobre la cruzada del largo perdido.

¿Regresan los pescadores?
Todavía no se sabe si Maratea cumplirá la promesa de confección industrial, pero algo dejó instalado: el pedido del regreso del short pescador, ese que baja la rodilla y traslada la mente directo a la estética del Chavo del 8 o a las fotos familiares de los veranos dosmil.
Y si la moda es circular, no sería raro que (gracias a un video grabado a orillas del mar) los pantalones pescadores encuentren su segunda vida en la costa bonearense.

