El rumor estalló en redes y la ilusión de miles de fanáticos se encendió. Gustavo “El Pelado” Cordera, exlíder de Bersuit Vergarabat, publicó un enigmático posteo anunciando su presencia en el Quilmes Rock el 12 de abril.
Curiosamente, un día después toca la Bersuit. Y aunque su nombre no figura en la grilla oficial, la especulación de un reencuentro con la banda comenzó a crecer.
Pero la posibilidad del regreso del ‘Pelado’ a la Bersuit (tras 16 años) despertó nostalgia musical y sirvió como disparador para un debate más profundo:
¿estamos volviendo a los ‘90?
Rock, Bersuit, crisis y una historia que se repite
Para muchos, el regreso de Cordera a la Bersuit (si es que fuera a ocurrir, lo cual es improbable anticipar aún) parece una metáfora perfecta. Es el déjà vu político y económico exacto que atraviesa el país.
Las redes no tardaron en hacer la conexión: Menemismo, mileismo, ajuste, salarios africanos, posible devaluación y Bersuit en los escenarios. Demasiadas coincidencias para que pasen desapercibidas.
Bersuit Vergarabat, con Cordera como frontman, fue una de las bandas más icónicas del final de los ‘90 y principios de los 2000. Ese período marcado por el estallido de la convertibilidad, el desempleo y la crisis terminal que culminó en el colapso del 2001.
Himnos como “Se viene” o el “Sr. Cobranza” de “Las Manos de Filippi”, la Bersuit los convirtió en banda sonora de una sociedad que veía al modelo neoliberal menemista desplomarse. Atrás dejaba un tendal de pobreza, exclusión y bronca.

Hoy, Javier Milei (con su ministro Luis Caputo como ariete) impulsa medidas similares a las de aquella época. Privatizaciones, recortes brutales y un intento de dolarización. El déjà vu es tan evidente que en redes no faltaron los comentarios irónicos:
“Faltaba el Pelado en la Bersuit para que el 2001 esté completo”.
“Devaluación en puerta y Bersuit, ¿cuánto falta para que De la Rúa salga en helicóptero?” o
“Volvimos a los noventa: ajuste salvaje y Bersuit en Tecnópolis”.
¿Casualidad o jugada de marketing de Cordera?
Más allá de la lectura política, la posible vuelta de Cordera a la Bersuit también tiene su cuota de especulación. El posteo del cantante nunca confirmó explícitamente la reunión, y algunos creen que se trata simplemente de una estrategia de marketing para generar expectativa. Después de todo, la nostalgia vende, y el rock argentino supo explotar esa carta más de una vez.

Sin embargo, el solo hecho de que la gente haga la conexión entre Bersuit, la crisis y el retorno de un modelo económico que ya fracasó, deja en claro que el fantasma de los ‘90 sigue presente en la memoria colectiva. Si se viene el estallido… ¿Será solo en la música o también en las calles?


