A veces, cuando una canción vuelve, no vuelve igual: vuelve más grande. Eso pasó con “Cartas Amarillas” en la última fiesta de la primavera del ciclo ¡FA!, capitaneado por Mex Urtizberea, que ya se transformó en una especie de club afectivo donde la música circula sin pose y la memoria popular se enciende.
La grabación había quedado registrada hace poco más de un mes, pero recién este lunes se publicó en el canal de YouTube de FA, y el resultado es de esos que se sienten en la piel.
Un clásico difícil
La escena: Juan Carlos Baglietto, de pie, con esa voz que parece haber hecho un pacto con el tiempo, y Lito Vitale al mando de los arreglos, moldeando el aire como si fuera arcilla.
Ellos dos están celebrando 35 años de música compartida, de escenarios, de discos, de momentos que ya son parte del ADN de la canción argentina. Y eligen homenajear a Nino Bravo, el valenciano de voz monumental que marcó una época y cuya obra sigue latiendo en generaciones que ni siquiera habían nacido cuando él murió trágicamente en 1973.
“Cartas Amarillas” es de esas baladas que no perdonan: requiere potencia, calidez, fraseo, alma. Nino Bravo la grabó en 1972, y desde entonces quedó asociada a ese dramatismo lírico tan propio de la canción romántica española de los ‘70.
No cualquiera se anima, porque cualquier desajuste deja en evidencia la falta de vuelo. Pero lo que hace Baglietto es otra cosa: no imita, no exagera, no “actualiza” forzadamente. Se mete en el corazón de la melodía y la dice desde algún lugar muy propio, casi íntimo. Su voz sigue teniendo esa mezcla única de fuerza y ternura que lo volvió referente desde aquellos días de “Tiempos difíciles”.
Vitale, por su parte, aporta una delicadeza que es marca registrada. Los arreglos no buscan modernizar ni cubrir la canción con demasiados colores: la sostienen, la elevan, la hacen respirar. Hay piano, hay texturas suaves, hay pausas que valen oro. Y hay una mirada musical que entiende perfectamente que la emoción no está en la grandilocuencia, sino en el detalle.

¡FA! ES SIMPLEMENTE BUENÍSIMO
El ciclo ¡FA! hace rato que funciona como una usina donde esas pequeñas joyas se vuelven posibles. No es un show donde se “va a ver algo”: es un espacio donde la música pasa. Donde los artistas entran confiados, sin presión, sin corset. Y eso se nota. Por eso cuando Baglietto canta “Y busqué entre tus cartas amarillas / mil ‘te quiero’, mil caricias”, no solo se escucha la letra: se respira una historia. La del tema, la de Nino, la de quienes alguna vez guardaron cartas, la de quienes ya no guardan nada pero recuerdan lo que se sintió guardar. Y Baglietto, indudablemente en su voz, consiguió “retener su juventud“

La publicación en YouTube confirma lo que se había intuido esa noche: fue un momento hermoso. De esos que parecen simples pero solo lo son cuando detrás hay décadas de oficio, sensibilidad y una química artística que cualquier otro dúo envidiaría.
Baglietto y Vitale, 35 años después, siguen ahí. Enteros. Musicales. Verdaderos. Y “Cartas Amarillas” vuelve a volar, desafiando la vigencia hasta de los correos electrónicos, está sin polvo ni museo: sigue viva.

