Un nuevo Gimnasia. Uno que se construya a partir de ese equipo que terminó compitiendo en el Clausura, pero con intérpretes nuevos que lo potencien. Y con un corazón que pueda latir al ritmo de lo que Fernando Zaniratto pretende. Un mediocampo renovado, que tenga a las bases como cimiento, pero con caras nuevas que ya han comenzado a llegar que las complementen.
Nicolás Barros Schelotto es, sin dudas, una de las piezas que encaja mejor en el ideal de Zaniratto. Fue Lucho quien promovió al hijo de Guillermo antes de tomar las riendas pre Clásico Platense en UNO, donde lo hizo debutar. Y el juvenil no sintió el shock de saltar abruptamente a Primera: fue titular hasta el último encuentro, en el Bosque, ante Estudiantes. Haciéndose cargo de la pelota parada, conduciendo las salidas junto a un Augusto Max cuya continuidad está pendiente de definiciones.

Ahora bien, NBS no puede hacer todo solo. Y ahí, Zaniratto sumó a una carta decisiva: Ignacio Martín Fernández. Recién regresado de River tras diez años fuera de su “casa”, como la definió durante su presentación, Nacho será inequívocamente un futbolista decisivo.
Con un rol de enganche similar al que ejerció con Marcelo Gallardo y Martín Demichelis, quizás sin la dinámica de otros tiempos pero con pase preciso y remate, además de gol y verborragia para ser la voz cantante ante los árbitros.
Ese trinomio onírico lo completa un Ignacio Miramón que sigue siendo, por ahora, una ilusión a tiro de concretarse. Con el Lille remolón, deseando que el futbolista tenga minutos pero todavía evaluando propuestas, la dirigencia que encabeza Carlos Anacleto aspira a lograr repatriarlo en calidad de cedido.
Sabiendo que el paso de Nacho por Boca no cuenta como un antecedente positivo al momento de prometerle rodaje del volante a los franceses, la CD elaboró una estrategia para intentar seducir a los galos. Y, así, tener un medio del que brote juego.
Porque Gimnasia desea aspirar a más. Que la permanencia deje de ser un objetivo. Y que, así, dar pelea en el torneo doméstico se transforme en el plan, como alcanzar un torneo internacional que además de prestigio sume divisas que nutran las arcas. Para todo eso hará falta un equipo que se sostenga en un medio que lo equilibre. Un medio ideal que está en construcción.


