Los miles de bonaerenses, porteños, y argentinos en general, que utilizan como anfitriones de alquiler temporario, plataformas del estilo Airbnb, deberán comenzar a poner sus “barbas en remojo“, porque cuando las principales ciudades del mundo (como hará Nueva York), comienzan a regular y limitar el tipo de negocio de dar alojamiento a turistas de manera diaria, lo más seguro es que otras urbes en países remotos como el nuestro tomen esas medidas como modelo para regular una oferta de vivienda que se ha visto sacudida y modificada drásticamente por este tipo de renta diaria de unidades amobladas para utilización de breves períodos, provocando un alza desmedida en el precio de transacción para quienes buscan viviendas permanentes.
Es que largas listas de ofertas de Airbnb en la ciudad de Nueva York están desapareciendo del mercado porque los anfitriones están eliminándolas en respuesta a una fecha límite impuesta por la ciudad, y Airbnb está bloqueando fechas futuras para la reserva. A partir del 5 de septiembre, los funcionarios de la ciudad dicen que harán cumplir las reglas sobre los alquileres a corto plazo de manera más agresiva, según indica un artículo del Wall Street Journal.
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FALTA DE VIVIENDAS PERMANENTES
El problema en Nueva York parece ser idéntico (pero a mucha mayor escala) al que está dándose en ciudades como Buenos Aires y otras importantes de Argentina, entre ellas algunas de la Provincia de Buenos Aires.
El gran cambio de regulación implica que los anfitriones de alquileres a corto plazo (dueños o administradores de propiedades) deben registrarse en la ciudad para continuar brindando estadías, y solo pueden hacerlo si cumplen con varios requisitos que incluyen no alquilar un departamento o casa completos, incluso si son propietarios. Los anfitriones también deben estar presentes durante las estadías breves de sus huéspedes.
En tanto que los ayuntamientos de Dallas, Filadelfia y Nueva Orleans aprobaron sus propias restricciones sobre alquileres a corto plazo. La industria y los viajeros observan de cerca a Nueva York como modelo, paradigma y parámetro a seguir.
La aplicación de la ley se produce después de años de idas y venidas legales entre Airbnb y la ciudad de Nueva York. Muchos residentes y funcionarios de la “Gran Manzana” dicen que los cambios son necesarios para combatir la crisis por el faltante de viviendas más económicas de la ciudad.
Los anfitriones dueños de departamentos dicen que las reglas perjudican a quienes dependen de los ingresos adicionales para sobrevivir viviendo en una de las ciudades más costosas del mundo.
Las autoridades de Nueva York estiman que hay alrededor de 10.800 alquileres ilegales a corto plazo en toda la ciudad.
ESTADO INTERVENTOR Y REGULADOR
La nueva ley que regirá desde ese 5 de septiembre próximo prohíbe a las plataformas de reservas procesar pagos de transacciones que no estén registradas en un listado. Eso significa que plataformas como Airbnb, Vrbo y Booking.com también enfrentarán sanciones.
El mundo del libre mercado de oferta y demanda sin intervención del estado parece no estar funcionando ni siquiera en el paraíso del capitalismo.
La “mano invisible” se está volviendo bien real y muy visible, con absoluta y “soviética” intervención estatal.
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