Scott Weiland dejó un puñado de hermosas canciones pero también una enseñanza de época: no sobrevivir a sus propios fantasmas puede ser mortal. Hoy estaría cumpliendo años y lo recordamos repasando algunos eventos de su corta y dura vida.
Delgado, hiperquinético y carismático, Scott Weiland tocó en el festival Pepsi Music junto a Velvet Revolver en abril de 2007, en la misma fecha que más tarde cerraba Aerosmith. Buenos Aires fue una fiesta de rock y nadie que haya estado esa noche en el estadio de River Plate podrá olvidarla. Al año siguiente, el mismo festival lo recibió a Weiland liderando Stone Temple Pilots, su banda anterior, de la que también fue y vino varias veces. Más de una década después, Scott lleva muerto casi cinco años y Aerosmith festeja 48 en la ruta, con Steven Tyler, de 70, a la cabeza. La clave es un secreto a voces: Tyler dejó las drogas a tiempo y Weiland no soportó la última sobredosis.
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Scott Weiland no pudo vencer a sus demonios aunque lo hayan arrastrado a lo más profundo del infierno, aunque lo hayan llevado por las tres direcciones más temidas. Visitó en contra de su voluntad la cárcel, el hospital y finalmente el cementerio. Perdió a sus hijos, las bandas a las que había pertenecido lo despreciaban, todo su mundo se vio manchado por su enfermedad y sus errores, pero de algún modo había que apagar el dolor. Y él lo hizo de la peor manera.
Pero para entenderlo mejor, debemos remontarnos a su infancia. Cuando tenía 12 años, Scott Weiland vivió un hecho que modificaría para siempre su vida. De acuerdo a lo que él mismo contó en su autobiografía publicada en 2011, Not Dead & Not For Sale (Ni muerto, ni a la venta), era un niño cuando fue violado por un alumno mayor que acudía a su misma escuela, en el estado de California. “Este es un recuerdo que suprimí de mi cabeza hasta que entré a rehabilitación hace apenas unos años. Me vino solo. Eso es lo que suele hacer la terapia”, contó el artista cuando le preguntaron acerca de este episodio de sus memorias.
La descripción de este traumático hecho ocupa un largo fragmento del libro, en donde cuenta que el abusador era “un tipo grande y musculoso, un chico mayor del instituto”. Weiland explica: “Viajaba conmigo en el bus cada día. Un día me invitó a su casa. Cuando estuvimos adentro, el tipo me violó. Fue algo rápido y para nada placentero. Por aquellos años, tenía demasiado miedo como para contarle eso a alguien. ‘Díselo a alguien’ – me amenazaba – ‘y nunca volverás a tener otro amigo en la escuela. Te joderé tu puta vida'”. El trauma se mantuvo a resguardo en su mente por años, y aunque su vida siguió adelante, el daño lo afectaría indefectiblemente.
Paradójicamente, uno de sus mayores éxitos musicales fue la canción “Lady Picture Show”, publicada en el tercer álbum de los Stone Temple Pilots. Scott Weiland detalló en su autobiografía que esta “trata de una bailarina que fue víctima de una violación por parte de un grupo de tipos aterradores, en la que termina enamorándose, aunque no puede dejar de lado el dolor”.
A fines de los 80, cuando era ya un joven metido en el ambiente del grunge, Weiland conoció a Robert DeLeo y allí nació el gen de lo que iba a ser Stone Temple Pilots. La formación que completaron Eric Kretz y Dean DeLeo, hermano de Robert, comenzó a tener éxito en 1992 con su disco debut Core, y se consolidó como un estandarte de una escena en ebullición. La fama y el dinero vinieron acompañados por las drogas duras y la adicción.
Compañeros de ruta no le faltaron, mientras sus colegas de la banda lo soportaban cada vez menos, siempre aparecía alguien para seguirle el tren. Courtney Love, viuda de Kurt Cobain, también supo ser su compañera ideal con descontrol asegurado, cuando la cruzó en un hotel de gira: “Me encontré con uno de mis mejores dealers. Courtney Love, líder de Hole que estaba con Amanda De Cadenet, fotógrafa y esposa de Nick Valensi de The Strokes. El destino quiso que su habitación estuviera junto a la mía. Love estuvo metida conmigo dentro de una historia cada vez más horrorosa… Nosotros nunca fuimos amantes, pero estuvimos cerca”, relató el músico.
Stone Temple Pilots llevaba una buena carrera, llenaba estadios, vendía discos. Pero en 1995, su cantante fue detenido por comprar crack y fue obligado a realizar tareas comunitarias durante un año, por lo que el grupo tuvo que parar sus actividades. Aunque luego volvieron a tocar, sus compañeros nunca le perdonaron ese “lucro cesante”. El grupo perdió dinero, y mucho.
En 2003 llegaría un nuevo renacimiento para el cantante. Alejado de STP y metido en un lío de tránsito (provocó un accidente estando drogado) fueron los (en ese entonces) ex Guns N´Roses Slash y Duff McKagan, junto a Matt Sorum (The Cult) y Dave Kushner (Infectious Grooves) quienes lo invitaron a participar de su nuevo proyecto, Velvet Revolver. Su voz y su estilo se fusionaron de manera perfecta en este súper grupo, pero Scott se ocupó de minimizar esta formación.
Tiempo después, en su libro, el artista dejó en claro que su participación fue meramente comercial. “El dinero sin dudas me atrajo. No diría que esta música (la de Velvet Revolver) es parte de mí, ya que había un cálculo comercial detrás, la banda fue esencialmente un producto fabricado para obtener ganancias por todas partes y no tenía absolutamente ningún propósito artístico”, escupió sin filtro, echando por la borda el sentimiento de miles de fans que los siguieron por años.
De STP se fue y volvió algunas veces hasta que todo terminó tan mal que después de despedirlo, los hermanos DeLeo buscaron a otro cantante. Así fue como llegó Chester Bennington (de Linkin Park) en 2013 y se quedó por un par de años. Tras su salida y después de involucrarse en otros proyectos musicales, Bennington se suicidó en 2017. En la actualidad, STP sigue activo con Jeff Gutt como cantante.
Con respecto a nuestro país, su tercera y última visita oficial fue en Groove el jueves 6 de diciembre de 2012. Fue en plan solista, donde hizo un repaso de sus mejores canciones pertenecientes a STP y Velvet Revolver.
En 1998 Scott había sacado 12 Bar Blues siendo autor de la mayoría de las canciones que lo componían. El disco no tuvo grandes éxitos pero si buenas críticas. Durante el 2008 realizo un nuevo álbum, Happy in Galoshes y en 2011 Weiland lanza un nuevo trabajo discográfico titulado A Compilation of Scott Weiland Cover Songs, a la venta en formato digital-sólo a través de su página web y durante ese mismo año, editó The Most Wonderful Time of the Year, un disco compuesto íntegramente de música de Navidad.
Scott Weiland murió en un micro de gira el 3 de diciembre de 2015. Estaba tocando con Scott Weiland & The Wildabouts, su último grupo, en Bloomington, Minnesota. Mezcló cocaína con MDA y alcohol, el cóctel fue mortal. Había nacido el 27 de octubre de 1967 en California y fue uno de los frontman más talentosos que ha dado el rock, pero en su carrera de autodestrucción, lo perdió todo.