La tensión entre la vicepresidenta Victoria Villarruel y la cúpula del Gobierno Nacional sumó una nueva escena este jueves tras la sesión en la que el Senado aprobó el aumento a las jubilaciones. Luego de que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, la increpara públicamente por no haberse retirado del recinto para impedir el debate, Villarruel recogió el guante y respondió con un duro mensaje en redes sociales.
“Ministra Bullrich, la democracia fue denigrada cuando personas que integración orgas terroristas como en su caso, manejaron durante décadas el destino del país”, lanzó la titular del Senado en un extenso posteo en X (antes Twitter), donde defendió su accionar y cuestionó el oportunismo político de la funcionaria ahora libertaria. “Todos los argentinos saben de qué lado estoy en lo que a kirchnerismo se refiere porque los combatí siempre, mientras usted pulubada de partido en partido”, agregó.
En su mensaje, Villarruel dejó claro que la sesión fue convocada en tiempo y forma conforme lo establecido en la sesión preparatoria anual, y remarcó: “Como Vicepresidente cumplo mi rol institucional el cual implica que presida las sesiones me gusten o no”.
“Entre otras cosas me votaron para defender la institucionalidad y hacerla respetar, no para levantarme cuando las papas queman o cuando el Ejecutivo recuerda que soy Vicepresidente”, remarcó en una crítica que no fue sólo hacia Bullrich, sino también hacia la forma en la que el oficialismo ha venido tratándola puertas adentro.
Una relación sin retorno
Esta respuesta pública es un golpe más en una relación ya astillero y difícilmente reversible entre Villarruel y el resto del círculo cercano al presidente Javier Milei. Distanciada desde hace meses del jefe de Estado, quien llegó a deslizar que ella está “más cerca de la casta que otra cosa”, la vicepresidenta viene avanzando con agenda propia dentro del Senado y consolidando un perfil más institucional y autónomo.
Ni lenta ni perezosa, Villarruel fue una de las pocas figuras del oficialismo presente en el acto por el 9 de julio en Tucumán. Una ceremonia que Milei terminó por evitar alegando “cuestiones climáticas”, pero que en realidad evidenció el creciente aislamiento del Presidente ante el faltazo anunciado de la mayoría de los gobernadores, con apenas cuatro confirmaciones firmes.
“Dejo categóricamente en claro que las tres leyes con media sanción en Diputados no cuentan con el dictamen, pero el recinto es soberano y votó en contrario”, puntualizó Villarruel, recordando que su función como presidenta del Senado no implica convalidar los resultados del debate, sino garantizar que el cuerpo sesione conforme a la Constitución.
“Antes de hacerse la picante, repase la Constitución Nacional”, remató Villarruel en su cruce con Bullrich, reafirmando que los senadores (y no ella) son los responsables de aprobar o rechazar leyes. Una afirmación que, de paso, busca reforzar su rol institucional en un Gobierno donde las lealtades parecen cada vez más frágiles.