El malestar en el interior explotó con fuerza tras la breve eliminación de las retenciones: para muchos productores fue una maniobra que, lejos de beneficiar al “campo”, terminó llenando los bolsillos de unos pocos. Sebastián Campo, productor de Acevedo (cerca de Pergamino), resumió esa sensación con ejemplos concretos y reclamos por un esquema más justo.
“Un productor chico vende casi toda su mercadería en mayo, junio o julio para afrontar alquileres, deudas y gastos de maquinaria. Llegado septiembre, ya no le queda stock”, explicó Campo en diálogo con Radio Post, y puso el foco en la asimetría entre pequeños y grandes jugadores. “Yo vendí mi soja en julio a 300.000 pesos la tonelada. El acopiador, que se la quedó, la liquidó esta semana a 500.000, sin retenciones. Esa diferencia fue directamente a las exportadoras, no a los productores”, denunció.
Para Campo, lo ocurrido no fue un error técnico sino una decisión deliberada: “Esto se armó un domingo en un asado. Dijeron: ‘¿Cómo transferimos 1.800 millones de dólares a las cerealeras?’. Y salió esta jugada. Fue como un tiro libre al ángulo”. Según su lectura, la medida constituyó “una transferencia de ingresos de 50 o 60 mil pequeños y medianos productores hacia un puñado de grandes exportadores”, con el consiguiente aumento de la concentración en el negocio agrícola.
El impacto, advirtió, excede a los campos: cuando al productor chico le va mal se frena la economía de pueblos enteros. “Cuando al productor chico le va bien, la rueda gira en el almacén, la ferretería y el taller del pueblo. Pero con estas medidas, esa riqueza se concentra en muy pocos jugadores”, dijo.
Además de esos ejemplos económicos, el video viral de Campo tradujo el cansancio de una larga trayectoria: “Estoy muy cansado. Hace 26 años que laburo en el campo. Tengo la espalda gastada, los brazos cansados y estoy también harto de ver como todo el trabajo y el esfuerzo de miles y miles de pequeños productores queda en la saca de cuatro gordos de siempre”. Y lanzó un llamado directo: “A ver si el campo se despabila un poquito y empieza a saber lo que tiene que hacer”.
Frente a este cuadro, el productor pidió políticas diferenciadas: “No queremos retenciones cero para todos, queremos retenciones diferenciadas. Que el pequeño productor pague menos o nada, y que los grandes… mantengan un aporte. Si no, seguimos favoreciendo la concentración y la desaparición de productores, como ya pasó con más de 200.000 en los últimos 25 años”.
En suma, el reclamo combina bronca por la medida puntual con una advertencia sobre una dinámica estructural: según Campo, la política vigente profundiza la desigualdad entre miles de productores y un puñado de acopiadores y exportadores que se benefician con mayor liquidez para retener stock y capturar margen cuando surge una ventana sin retenciones.