El presidente Javier Milei decidió suspender el viaje que tenía previsto realizar a Tucumán para encabezar la vigilia por el Día de la Independencia, atribuyendo la cancelación a “cuestiones climáticas”. Sin embargo, detrás de esa explicación oficial, el malestar por la fuerte deserción de gobernadores marcaba la verdadera razón de la suspensión.
Manuel Adorni, vocero presidencial, anunció en sus redes sociales: “El viaje que iba a realizar el Presidente de la Nación junto a su gabinete y demás funcionarios del gobierno a Tucumán en el día de hoy queda suspendido. La razón de la decisión radica en los informes recibidos por Casa Militar y la Fuerza Aérea Argentina que refieren a la situación climática que impide realizar los vuelos pertinentes”.
La excusa meteorológica
Pese a que la niebla fue real y provocó demoras en vuelos en el Aeroparque Jorge Newbery, fuentes cercanas al Gobierno no ocultaron la bronca que Milei expresó durante toda la jornada. La baja adhesión de los mandatarios provinciales para acompañar al Presidente resultaba evidente: solo Osvaldo Jaldo, gobernador anfitrión, y Raúl Jalil, de Catamarca, habían confirmado su presencia, mientras que otros cuatro gobernadores habían dudado o desistido.
La relación entre el Ejecutivo nacional y las provincias atraviesa un momento crítico. Los gobernadores, cansados de la reducción de fondos, la falta de coparticipación y el ajuste fiscal que recae en sus territorios, comenzaron a mostrar su rechazo. Incluso Jaldo, aliado inicial del Gobierno, reconoció el distanciamiento: “Por más que nuestra provincia tiene un espíritu colaborativo con el gobierno, esa colaboración no es recíproca porque no hay un ida y vuelta”.
En este contexto, la ausencia de Milei en actos clave como el 20 de junio en Rosario y ahora en Tucumán pone en evidencia el desgaste político. El malestar se traduce también en el Congreso, donde los gobernadores planean avanzar con proyectos para asegurar los recursos que consideran les corresponden y que el Gobierno central les niega. Como explicó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, a fines de junio: “Los gobernadores han hecho una propuesta que no podemos aceptar en aras del equilibrio fiscal. No vamos a hipotecar el orden fiscal por presiones políticas”.
La diferencia con el acto del año pasado es notable. En 2023, dieciocho gobernadores acompañaron a Milei y hasta firmaron el llamado Pacto de Mayo con reformas estructurales. Este año, la “motosierra profunda” del Gobierno provocó una retirada casi total del apoyo provincial, dejando a Milei prácticamente solo en Tucumán.
Así, la excusa de la neblina y la suspensión del viaje parecieron más un telón de humo para una crisis política creciente entre el Gobierno nacional y las provincias, que evidencia el distanciamiento de un poder central que se resiste a compartir recursos y diálogo.