El presidente Javier Milei inauguró este mediodía la vigésimo novena edición de la Feria Internacional de Turismo (FIT) en La Rural, acompañado por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei; y el secretario de Turismo, Ambiente y Deportes, Daniel Scioli. Sin embargo, en su discurso, Milei optó por un perfil inusualmente bajo, sin los habituales agravios hacia la oposición que lo caracterizan ni ataques directos a figuras como la de Axel Kicillof.
“Como dije hace apenas unos días en Estados Unidos, encontramos un paciente en estado crítico…”, señaló Milei, en referencia a la economía argentina, subrayando los ajustes realizados y el superávit fiscal logrado. Pero el discurso fue más un listado de logros macroeconómicos que un plan concreto para el turismo, un sector que hoy enfrenta desafíos inmediatos.
De hecho, Milei apenas mencionó a Daniel Scioli, responsable directo del área y figura histórica del peronismo incorporada al gobierno libertario, cuya presencia genera desconcierto y contradice la promesa de barrer con la “casta”. La ausencia de comentarios sobre su rol refleja, para muchos, la falta de una visión clara de gobierno sobre la industria turística.
Los números del sector evidencian que la crisis no espera reformas futuras: en agosto, los argentinos que viajaron al exterior duplicaron a los turistas extranjeros que visitaron el país. Según el INDEC, 798.400 residentes viajaron al exterior, mientras que arribaron 397.500 visitantes, dejando un déficit de US$371,9 millones. Brasil sigue siendo el principal origen de turistas, aunque con caída interanual del 13%.
Milei prometió una mayor conectividad aérea y eliminación de visas, pero no abordó un punto central: la brecha cambiaria y la intervención del Banco Central hacen que ahorrar en pesos incentive viajar al exterior, mientras que para los extranjeros resulta caro vacacionar en Argentina. Las promesas de infraestructura a 20 o 30 años parecen desconectadas de la realidad de familias que hoy vacacionan menos y con estadías más cortas.
“El turismo argentino tiene todas las condiciones para ser punta de lanza global”, afirmó Milei, enfatizando la diversidad de paisajes y gastronomía. Sin embargo, los números advierten que las condiciones por sí solas no son suficientes: se necesitan políticas concretas que enfrenten el déficit actual y la fuga de turistas emisivos, aspectos que quedaron ausentes en el discurso presidencial.
En definitiva, la FIT 2025 dejó ver un discurso escueto, lleno de cifras macroeconómicas y grandes promesas, pero con pocas medidas concretas para un sector que hoy muestra señales claras de debilidad. Mientras Milei habla de cimientos y reformas a largo plazo, el turismo argentino enfrenta un presente de déficit y desequilibrio que no puede esperar.