La frágil cohesión que ensayó el peronismo en las últimas semanas para repudiar la detención de Cristina Kirchner comenzó a diluirse con la garantía del acceso de la expresidenta al beneficio de la prisión domiciliaria.
Los niveles de articulación y de organización de actividades devolvieron un rol protagónico a un PJ nacional que no había podido encontrar centralidad ni con la llegada a la conducción de CFK.
Pero esa sinergia- más allá de algunos tironeos indisimulables- se desdibujaron tras la masiva marcha a Plaza de Mayo, una vez que llegó el tiempo de retomar la discusión electoral en la provincia de Buenos Aires.
El juego en tándem de La Cámpora y el Frente Renovador y la respuesta del axelismo
El PJ bonaerense de Máximo Kirchner y el Frente Renovador de Sergio Massa movieron primero y actuaron en tándem. Juntaron a sus apoderados para empezar a diseñar un frente electoral bonaerense que podría llevar como nombre simplemente “Peronismo”. Desde allí buscaban mantener la iniciativa y llamar a los demás partidos de Unión por la Patria y a otros sectores entre los que figuraban el Movimiento Derecho al Futuro de Axel Kicillof.

La movida no cayó para nada bien el axelismo y especialmente en los intendentes. En ese marco, el propio Axel Kicillof eligió dar una entrevista televisiva a C5N – en el mismo programa y a la misma hora que lo hizo semanas atrás Cristina Kirchner- y sacó a relucir un acuerdo alcanzado con la expresidenta en la reunión que tuvieron el jueves previo a la sentencia.
La convocatoria por parte del gobernador a una “mesa política” le devolvía la iniciativa y obligaba a los demás sectores a repensar sus movimientos. “Esta coyuntura implica que hagamos el esfuerzo de buscar una estrategia electoral conjunta – no de unidad- respetuosa de cada uno de los espacios, para ponerle un freno a Milei” señaló.
Aunque el mandatario provincial designó a un grupo de intendentes como interlocutores para un encuentro con jefes comunales de otras tribus que iba a desarrollarse el último miércoles, la reunión no se concretó.
En medio de la puja entre sectores, se produjo la media sanción de las reelecciones indefinidas para legisladores provinciales, concejales y consejeros escolares, un triunfo interno del kirchnerismo que se impuso sobre el deseo del MDF de incluir a los intendentes (la situación provocó enojo interno en algunos de los alcaldes kicillofistas).
Pese al escaso margen de cara al cierre de listas, las negociaciones aún siguen en un tire y afloje. Sólo los buenos oficios y la paciencia de Federico Otermín le dan un halo de verosimilitud el relato de la unidad del peronismo. El Intendente de Lomas de Zamora, estimado por Cristina Kirchner y respetado en Gobernación, conduce una negociación en la que ninguna de las partes quiere “ir al pie”, es decir aceptar condiciones o imposiciones de la otra.

Es posible que esta semana -”en algún momento”- los dirigentes comisionados por ambos bandos empiecen a puntear nombres para los armados seccionales de las elecciones del 7 de septiembre. El tiempo apremia: en 15 días vence el plazo para inscribir las alianzas que competirán en los comicios.
Existe una posibilidad más bien escasa de que el panperonismo arribe a un acuerdo electoral que le permita presentar listas unificadas en septiembre y en octubre. El problema principal radica en que los tres socios mayoritarios tienen ideas distintas de lo que implica un acuerdo político firme y sostenible.
A La Cámpora no le interesa la unidad si significa desprenderse del monopolio de la lapicera. Al axelismo no le interesa la unidad si implica ceder el margen de autonomía que consiguió en los últimos meses. Para el Frente Renovador, la unidad se parece a la única oportunidad de sobrevivir a la tensión entre los territorios que se inclinan por acordar con el Gobernador y la superestructura más proclive a asociarse al kirchnerismo.
Como si fuera poco, Máximo Kirchner jugó otra ficha y llamó a una reunión en el PJ Nacional este viernes. Además de retomar la narrativa “Cristina es inocente. Cristina libre“, la convocatoria permitirá al hijo de la expresidenta explorar la posibilidad de empezar a discutir sobre una ingeniería electoral con el kirchnerismo en el centro.
La reunión fue reducida a los partidos políticos del frente y significó un nuevo desaire al espacio político de Axel Kicillof que solo tendrá representación con el Frente Grande del intendente de Ensenada, Mario Secco.
En el cónclave estarán presentes
1. Frente renovador
2. Principios y valores
3. Patria grande
4. Kolina
5. Nuevo encuentro
6. Frente grande
Posteriormente, durante la tarde del viernes serán convocado “el resto de los partidos aliados” se encargaron de remarcar desde el kirchnerismo.
Lo que subyace, a todas luces, es un alarmante nivel de desconfianza entre las partes que los referentes de cada tribu deberán subsanar para que la oferta electoral del peronismo no se atomice y resigne sus chances de vencer a Javier Milei.

