La televisión estadounidense volvió a posar su mirada sarcástica sobre la Argentina. Esta vez fue Jon Stewart, conductor de The Daily Show, quien dedicó un segmento al presidente Javier Milei y su reciente “aparición danzarina”.
El animador y humorista repasó las imágenes del mandatario argentino bailando, según él, “para asegurar el préstamo de los 20 mil millones de dólares que le dimos”.
En tono burlón, Stewart narró:
“Esta semana, mientras la administración Trump estaba en la Corte Suprema pidiendo que se les permitiera retener los cupones de comida de los estadounidenses hambrientos sin entregar, Trump estaba en Mar-a-Lago con un buffet libre de camarones y natación sincronizada, mientras el presidente de Argentina bailaba toda la noche asegurando los 20 mil millones de dólares que recientemente le dimos a su país.
Y tengo que decir: por 20 mil millones de dólares, uno pensaría que bailaría mejor que un duende pajeando elefantes.
De acuerdo. Ehm… disculpas al elefante.”
El estudio estalló en risas, y Stewart coronó la escena con un gesto de brazos que imitaba, de manera poco diplomática, al supuesto “duende Milei” satisfaciendo el onanismo paquidérmico.
Entre la indignación y la complicidad
En las redes argentinas, la reacción no tardó en llegar. Algunos usuarios denunciaron la “humillación” pública del presidente y la falta de respeto hacia la investidura nacional.
Otros, más pícaros, admitieron entre dientes que el comediante neoyorquino “solo había dicho lo que muchos pensaban pero no podían expresar”.

Claro que una mofa así hiere la sensibilidad patria de quienes admiran, siguen y operan para el máximo líder libertario. Es inadmisible —dirán algunos— que desde un programa extranjero se rían del líder argentino, caricaturizándolo como un bailarín torpe, masturbador de elefantes a cambio de dólares.
“Nadie merece que se insinúe que su danza presidencial recuerda a un “duende pajeando elefantes”. Absolutamente nadie”, sostenían.
Y sin embargo, entre tanto repudio solemne, cuesta no notar cierta precisión quirúrgica en la parodia. Stewart no solo apuntó al absurdo del show político-financiero, sino también a la entrega desmedida del protagonista en escena.
En su defensa, tal vez Milei solo quiso celebrar el préstamo con entusiasmo algo exótico… aunque la coreografía, digamos, no ayudó demasiado.
Humor, política y espejos
Lo cierto es que “The Daily Show” hizo en la noche del martes lo que mejor sabe: usar el humor como espejo cruel de la realidad.
El gesto obsceno de Stewart y el chiste incómodo quedaron flotando, más allá de las disculpas… “al elefante”.

En un momento del mundo global en que la política se confunde con la espectacularidad del show, tal vez la televisión extranjera solo reflejó —con su habitual irreverencia— la imagen que desde aquí se exporta con tanto esmero.
Porque indignarse para algunos parece un deber cívico, claro. Pero reírse, aunque sea un poco, resulta inevitable.

