A cuatro años de su sanción, la ley que impide las reelecciones indefinidas es un gran dolor de cabeza para la política bonaerense, que se prepara para volver a discutirla en la Legislatura. Llamativamente, duele más en el PRO, que se quedó sin aspirinas.
Como dio cuenta INFOCIELO, las opiniones divididas atraviesan los armados tanto del Frente de Todos, como de Juntos por el Cambio. En cada coalición hay sectores en contra y a favor de la ley. Incluso algunos buscan borrar de la memoria colectiva la foto en la que alzan la mano para aprobarla.
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El 10 de diciembre de 2021 marcó un quiebre en el contexto de las reelecciones indefinidas: quienes no utilizaron una de las cuatro salidas posibles y elegantes, quedaron inhabilitados para presentarse nuevamente como candidatos a intendentes en sus municipios en 2023. En ese grupo, heterogéneo respecto a espacios políticos, quedaron varios jefes comunales del PRO.
Una reunión secreta para habilitar la reforma
El lunes, fue el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, quien tomó la batuta y pidió una cumbre por zoom. Desde su despacho, convocó a sus correligionarios de la región y también a representantes del foro radical.
La intención era lograr un acuerdo para generar volumen político y de esa manera avanzar sobre la modificación de la ley, particularmente del artículo 7 que “está mal redactado”, según reclaman los jefes comunales. Según pudo saber este medio, el objetivo del encuentro virtual se cumplió.
Uno de los intendentes radicales que participó de la reunión dijo a INFOCIELO que están de acuerdo con la ley que impulsó Vidal, pero que apoyarán una modificación en la que se aclare cuál es el primer mandato.
De esa forma, los líderes municipales PRO encontraron el apoyo que necesitaban para lograr los cuatro años de gracia que buscan, sin pagar el costo político de retirar completamente la ley que impulsó su partido.
La solución que encontraron es simple: modificar ese artículo para que el primer período que sea tomado en cuenta fuese el que comenzó en 2019 -post sanción de la ley-, y no 2015 como se interpreta hasta hoy. La justificación también es razonable, y está atada a un principio jurídico: “no se puede legislar para atrás”.
El plan de María Eugenia Vidal, un fallido que le explotó en la cara a Juntos
Sería interesante conocer qué escenario imaginaba para 2021, o bien para 2023 la ex gobernadora María Eugenia Vidal cuando empujó la ley contra las reelecciones indefinidas en la Legislatura bonaerense.
Si hay que adivinar, probablemente uno en el que ella seguía sentada en el sillón de Dardo Rocha y lograba distribuir cargos y roles para que los intendentes que no pudieran optar por reelegir tuviesen una vía de escape, gracias a la “trampa” que dejó en el decreto reglamentario por el cual un período son dos años y no cuatro.
No sólo no ocurrió, luego de la inesperada victoria del Frente de Todos a fines de 2019, sino que además la taba se dio vuelta: la gambeta quedó servida para el peronismo. Los “barones del conurbano”, a quienes Vidal intentó desarticular, encontraron cobijo en el Ejecutivo Nacional, Provincial, o incluso en el poder Legislativo, y quedaron habilitados para volver a los pagos chicos en 2023.
Aunque algunos intendentes de Juntos intentaron lo mismo, y aprovecharon las elecciones para sumarse como candidatos, el riesgo de quedar relegados -e incluso fuera- de las listas a partir de la interna electoral entre la UCR y el PRO espantó a la mayoría. Tampoco contaron con suficiente espacio en los pocos cargos que Horacio Rodríguez Larreta tenía para asignar dentro de su gestión.
Así, “La Leona” que lideraba de forma indiscutida a Juntos abandonó la provincia de Buenos Aires con un tendal de grietas, cual revoque aplicado sobre pared seca. Además de la crisis de liderazgo que sufrió la coalición opositora, y que apenas pudo resolver en las urnas, el tope a las reelecciones indefinidas dejó una fuerte disputa por el poder territorial en el PRO.
Intendentes vs. Sin Tierra, la grieta que atraviesa al PRO
Como si la crisis política no existiera, la mesa nacional de Juntos por el Cambio decidió bloquear cualquier tipo de posibilidades de modificar o vetar la ley. Al igual que Axel Kicillof, quien como señaló INFOCIELO no “salvará” por decreto a los suyos; ni Vidal, ni Larreta, ni Macri, ni Lousteau, ni Manes, quieren pagar el costo político de retirar una ley que impulsó y militó su espacio.
A diferencia del Frente de Todos, el PRO tiene un problema mayor: en las últimas elecciones comenzaron a tomar fuerza los armados de dirigentes que no consiguieron ganar sus elecciones municipales, pero que condensan suficiente volumen político para tener juego propio.
Con la ley de reelecciones indefinidas a dos años de entrar en efecto, “los Sin Tierra” -como los llaman internamente- ven en el impedimento de sus correligionarios una posibilidad para tomar el liderazgo en sus municipios.
Por supuesto que ante este escenario los intendentes no están para nada conformes. La falta de definiciones de la mesa nacional, más atenta a definir las internas por el liderazgo presidencial en 2023 que a prestar atención a los territorios, los pone en un estado de alerta y los hace cerrar filas.
Tras el zoom en el que consiguieron apoyo de sus pares radicales, los jefes comunales PRO alzaron su reclamo a la cúpula de Juntos por el Cambio, y adosaron una advertencia: el manejo territorial del aparato político que permitió que Diego Santilli gane las últimas elecciones, aún lo tienen ellos.
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