Hace 15 años este artículo no hubiera tenido sentido en un medio argentino. Es que cada 21 de octubre se celebra el Día Internacional del Tequeño, una fecha que rinde homenaje a uno de los bocados más emblemáticos de la gastronomía venezolana, pero que a su vez ahora se volvió conocido, consumido y popular en algunos sectores de la sociedad argentina.
El origen de la celebración está ligado a la ciudad de Los Teques, en el estado Miranda, Venezuela, donde nació esta receta simple y perfecta.
QUÉ ES, SE PREGUNTABAN TODOS UNA DÉCADA ATRÁS
Un bastón de masa de harina de trigo que envuelve un trozo de queso blanco semiduro, luego frito hasta alcanzar una textura crujiente y dorada.
Pero más allá de su historia en Venezuela, el tequeño hoy tiene una nueva vida en Argentina, donde se convirtió en un fenómeno gastronómico y cultural impulsado por la inmigración venezolana.
Como quedó dicho, la fecha elegida —21 de octubre— coincide con la fundación de Los Teques en 1777, ciudad que le dio el nombre a este popular aperitivo. En Venezuela, el tequeño es casi una religión culinaria: “si no hay tequeños, no hay fiesta”, dicen allá.
En casamientos, cumpleaños o cualquier reunión, este palito de queso es el invitado infaltable. Desde 2021, comunidades venezolanas en el exterior comenzaron a celebrar oficialmente su día, transformándolo en un símbolo de identidad para quienes debieron dejar su país, pero llevaron su sabor a cada rincón del mundo.
De “Los Teques” a “Las Pampas”: un viaje con sabor a hogar
En los últimos años nuestro país recibió a miles de venezolanos que buscaron un nuevo comienzo. Con ellos llegaron sus costumbres, su música, su acento y, por supuesto, su cocina.
Así fue como los tequeños empezaron a asomar en panaderías, cafés y locales de comida rápida, especialmente en la Capital y la Provincia de Buenos Aires, donde la gastronomía latina encontró un público curioso y joven dispuesto a probar de todo.
Para muchos locales, el primer contacto con un tequeño fue a través de un compañero de facultad o trabajo venezolano. Un día de mates se transformó en “te invito unos tequeños”, y así, poco a poco, la receta cruzó fronteras y paladares.
La masa crocante, el queso derretido y la posibilidad de combinarlos con salsas —guasacaca, mostaza miel o incluso dulce de leche— los convirtieron en un éxito instantáneo.
En barrios como Palermo, Belgrano o Almagro y ciudades como La Plata o Mar del Plata ya hay locales especializados en tequeños gourmet, con versiones rellenas de guayaba, chocolate, salchicha o queso de cabra.
Algunos emprendimientos, liderados por jóvenes venezolanos, abastecen incluso a bares y restaurantes argentinos, logrando que el producto se integre a la oferta gastronómica nacional. Lo que antes era un bocado exótico hoy forma parte del menú cotidiano de muchas reuniones y eventos.
El fenómeno también se refleja en las redes sociales: hashtags como #DíaDelTequeño o #TequeñosEnArgentina reúnen miles de publicaciones donde se comparten recetas, memes y fotos de celebraciones. La comunidad venezolana aprovecha la fecha para recordar su tierra, mientras que los argentinos la adoptan como una excusa más para compartir algo rico entre amigos.
Cómo preparar tequeños en casa: receta y tips
El tequeño tradicional utiliza queso blanco semiduro venezolano, como el queso llanero o queso paisa, que se derrite sin perder consistencia. En Argentina, podría reemplazarse por queso cremoso tipo Pampa o sardo suave, cortado en bastones de aproximadamente 1×6 cm. La clave es que sea firme pero fundente, para que al freírse mantenga su forma y el queso no se derrame.
Para la masa casera, mezclar 2 tazas de harina de trigo con 1 cucharadita de sal, 50 g de manteca fría cortada en cubos y 1 huevo. Incorporar poco a poco ½ taza de agua hasta formar una masa suave y homogénea. Dejarla reposar 20 minutos cubierta con un paño antes de estirarla. Luego cortar tiras de unos 10 cm de largo y envolver los bastones de queso, sellando bien los bordes para que no se abran al freír.
La fritura se hace en aceite caliente (180 °C) hasta que estén dorados y crujientes; también se pueden hornear para una versión más liviana.
Una salsa verde rápida que acompaña perfecto: procesar un manojo de perejil fresco, 1 diente de ajo, ½ taza de aceite de oliva, 1 cucharada de vinagre, sal y pimienta. Si se busca un toque más fresco y cremoso, agregar unas cucharadas de yogur natural sin endulzar. Servirla fría junto a los tequeños recién hechos. La combinación del queso caliente y la salsa verde es un clásico que potencia el sabor y los hace irresistibles.