A Diego Santilli lo invitaron el lunes a “La Misa”, el programa de “el Gordo Dan” en el streaming Carajo!, y ahí lanzó su promesa de campaña más insólita: “Si ganamos el domingo, nos pelamos todos”.
La frase provocó risas, no tanto por su originalidad, sino porque nadie en la mesa —ni siquiera él— pareció tomársela muy en serio.
El Colo, que terminó yendo de primer candidato por La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires tras reemplazar a José Luis Espert después del escándalo del “financiamiento narco”, aprovechó el chiste del eslogan de campaña —“Para votar al colorado, marcá al pelado”— para subirse al tren del “humor libertario”.
Pero detrás de la broma, todos entendieron lo mismo: Santilli no quiere, ni por casualidad, quedarse sin su pelo rojizo.
El pacto fue teatral: el candidato se dio la mano con el conductor, prometió hacerlo “en vivo” si gana, y hasta repitió la consigna con aire desafiante. Pero basta mirar los números para entender la jugada: en las legislativas bonaerenses de septiembre, La Libertad Avanza perdió por más de 13 puntos en la provincia. Apostar a que ganará el 26 de octubre es como prometer que se va a escalar el Aconcagua si se gana el Gordo de Navidad.
Un imposible que salvará su look
Santilli no es zonzo, encontró así la excusa perfecta para mostrarse entusiasta sin arriesgar su rojiza pelambre. En política, como en el amor, a veces se promete lo que no se piensa cumplir. Su desafío tiene la elegancia de lo imposible: un desafío que suena audaz, pero que en el fondo garantiza que no tendrá que cumplirlo.
Los libertarios, mientras tanto, tratan de sostener el ánimo de campaña pese a los números adversos: La lista de Fuerza Patria, encabezada por Jorge Taiana, se perfila como la ganadora. En ese contexto, la promesa capilar del Colo parece más un acto de humor que de fe electoral.
El juego de palabras con Espert, cuya cara seguirá en la boleta por cuestiones logísticas, sirvió de excusa para que Santilli se mostrara como una “antorcha liberal” y demostrara compromiso con su nuevo espacio. Pero el trasfondo es claro: no hay nada más seguro que prometer algo que depende de un milagro.
Quizás por eso nadie en el estudio se ofreció a acompañarlo en el rapado colectivo. Las risas fueron amables, pero también cómplices. Todos entendieron que Santilli no quedará pelado, pero si lo será el votante que crea que el Colo está dispuesto a cumplir.