En las vísperas de las elecciones, Clarín volvió a desplegar una de sus estrategias más conocidas: instalar sospechas sobre políticas públicas a través de titulares ambiguos. En este caso, el blanco fue el Ministerio de Salud bonaerense y su llamado “Plan Vesícula”, una iniciativa sanitaria que busca reducir la lista de espera para cirugías laparoscópicas.
El título del diario —“Triplican las operaciones justo antes de votar”— advierte sobre un posible uso electoral del sistema de salud. Sin embargo, los datos oficiales cuentan otra historia.
Lejos de ser verdaderamente una maniobra oportunista, el plan fue planificado y ejecutado dentro de un programa más amplio de “maratones quirúrgicas” que se vienen realizando desde mediados de año en distintos hospitales públicos de la provincia.
Datos sin respaldo
La nota de Clarín asegura que hay “10 mil pacientes en lista de espera” y que el “promedio de demora es de 60 días”. Pero al revisar los comunicados del Ministerio de Salud bonaerense, se confirma únicamente la primera de esas cifras: efectivamente existen unos 10 mil casos pendientes. Lo que no figura en ningún documento oficial es el dato del “promedio de 60 días”. Ni siquiera los gremios médicos o las asociaciones de cirujanos consultadas reportan ese número.
Otro punto confuso es la afirmación de que las operaciones “se triplican justo antes de votar”. En realidad, el Ministerio anunció la realización de 1.000 cirugías en cinco días, dentro de un plan que ya venía implementándose desde agosto.
El aumento de procedimientos no parece responder a una urgencia política sino a una lógica sanitaria: descomprimir una lista de espera que, según el propio ministerio, se agravó tras la pandemia.
Los primeros hospitales —San Martín de La Plata, Güemes de Haedo y Fiorito de Avellaneda— iniciaron las cirugías el lunes, en el marco de una planificación que se extiende hasta el viernes. Todo fue comunicado oficialmente en el portal del ministerio, con detalle de establecimientos y equipos quirúrgicos involucrados.
Un esfuerzo sanitario presentado como sospecha
Resulta llamativo cómo un esfuerzo sanitario se convierte en sospechoso por coincidir con el calendario electoral. En ningún momento Clarín menciona que las “maratones quirúrgicas” también se aplicaron en otras patologías —como hernias y varices— durante los meses anteriores, sin cobertura mediática ni connotación política alguna.
El sesgo es evidente: mientras se cuestiona la gestión de Axel Kicillof por supuestamente “apurar cirugías”, se omite que miles de bonaerenses accederán por fin a una operación postergada durante años. La nota transforma un logro sanitario —que mejora la calidad de vida de pacientes reales— en un supuesto “plan electoral”.
Este tipo de coberturas sin sustento más que “el olfato periodístico tramposo” contribuye a desinformación peligrosa: genera desconfianza en la salud pública y deslegitima el trabajo de los profesionales que, en hospitales con recursos limitados, multiplican esfuerzos para dar respuesta a la demanda.
El “Plan Vesícula” sería una estupidez como estrategia electoral en términos de “arrastre de votos”, más bien se trata de una acción sanitaria concreta para aliviar una deuda estructural del sistema público, sobre el que sí quizás se podría hacer cargado las tintas. La verdadera urgencia no es política, sino médica: la de miles de pacientes esperando una cirugía que no debería tener que esperar.