En Argentina, cada diciembre resurge una de las tradiciones más peculiares del folklore navideño: regalar una bombacha rosa en Navidad como amuleto de buena suerte, amor y renovación energética. La costumbre, que combina supersticiones antiguas con hábitos familiares transmitidos entre generaciones, se mantiene especialmente fuerte entre mujeres jóvenes y adultas.
Con el tiempo, esta costumbre se instaló como un ritual festivo propio del Cono Sur, especialmente en Argentina, donde conviven humor, superstición y afecto familiar. Según la tradición popular, la bombacha rosa debe ser un regalo. No sirve comprarla una misma porque, simbólicamente, “la buena fortuna tiene que venir de otro”. El color rosa representa armonía, afecto, sensibilidad y unión emocional, atributos que se espera potenciar en el año entrante.
¿Cuándo debe usarse?
El ritual marca que la prenda debe estrenarse el 1° de enero, como manera de “comenzar el año con energía renovada” y atraer vínculos positivos. Algunas versiones del mito también sostienen que favorece los nuevos comienzos, especialmente en materia afectiva.

El origen de la tradición: cómo nació el regalo de la bombacha rosa
La práctica comenzó a expandirse en la década de 1970 en Argentina, impulsada por la creencia popular de que usar ropa interior rosa en la noche del 31 de diciembre atraía amor, suerte y pasión para el año siguiente.
El color rosa ya tenía un peso simbólico en varias regiones de América Latina, donde representa buena fortuna, prosperidad y alegría. Con el tiempo, la costumbre migró hacia la Navidad y se volvió un gesto clásico entre mujeres de una misma familia o grupo de amigas.
Con el creciente interés en esta tradición, algunos comerciantes (especialmente lencerías) promovieron esta costumbre para aumentar ventas durante la temporada navideña. Según el mito más repetido, la prenda debe ser regalada por otra mujer y estrenarse recién en Año Nuevo para que la buena suerte “funcione”.
Qué significa regalar una bombacha rosa en Navidad
Más allá del humor y la complicidad, la tradición se sostiene por un conjunto de simbolismos:
- Amor y amistad: el rosa se asocia con vínculos afectivos y deseos de cercanía.
- Alegría: es un color festivo que transmite ligereza y optimismo.
- Prosperidad: muchas personas creen que ayuda a atraer un año más positivo.
- Ritual femenino: aunque hoy es unisex, nació como una práctica entre mujeres.
Por eso el regalo se convirtió en un clásico de Nochebuena: simple, divertido y cargado de significados.

El auge comercial: el boom de ventas cada diciembre
En Argentina, diciembre trae un fenómeno comercial previsible: las ventas de bombachas rosas se disparan. Los comercios ofrecen desde diseños clásicos hasta modelos festivos con brillo, encaje, estampas navideñas o tipografías humorísticas. Además:
- Algunos locales lanzan descuentos especiales.
- Otros organizan acciones solidarias o colectas de ropa interior nueva.
- En ferias y eventos de fin de año, el “puesto de bombachas rosas” ya es casi tradición.
- Lejos de perder vigencia, la costumbre gana fuerza con cada generación.
Otros colores y sus significados en Nochebuena
Aunque el rosa es el más emblemático, la cultura popular también le atribuye significados a otros colores de ropa interior:
- Blanco: paz, claridad mental y bienestar.
- Rojo: amor, pasión y deseo.
- Verde: prosperidad, salud y naturaleza.
- Amarillo: dinero, riqueza y oportunidades materiales.
Mucha gente combina colores según lo que desea atraer para el año nuevo.
Una tradición que se adapta y sigue creciendo
En un país donde la Navidad se celebra con calor, aire libre y rituales propios, la bombacha rosa se volvió un símbolo de identidad local. Entre humor, afecto y superstición, es un gesto que se repite año tras año, que fortalece vínculos y que ya forma parte del ADN festivo argentino.

