Después de una semana en estado crítico, Catalina —la niña de 10 años herida tras la explosión de un experimento científico en Pergamino— logró salir de terapia intensiva. Tras ser operada en el Hospital Garrahan, continúa su recuperación en una sala común y sus padres celebran la mejoría:
“Va mejorando. De venir de una cirugía tan importante en una semana a estar en sala común, es una felicidad enorme”.
El accidente había ocurrido el jueves 10 de octubre, durante una feria de ciencias en el Instituto Comercial Rancagua. Catalina estaba en primera fila, entusiasmada con la exposición, cuando una maqueta que simulaba la erupción de un volcán estalló repentinamente.
“Era un momento de felicidad y en un segundo terminó acá”, relató Ángela, su mamá, en diálogo con Telenoche.
El accidente que conmocionó a Pergamino
El experimento, coordinado por un profesor de Física y Química, contenía azufre, carbón y salitre para recrear una erupción volcánica. Pero algo salió mal: una combustión descontrolada provocó una explosión que dejó más de una decena de heridos, entre niños y adultos.
Las esquirlas alcanzaron a Catalina en el rostro, el ojo y el maxilar. Un trozo de metal se le incrustó en el cráneo, lo que obligó a un traslado de urgencia en avión sanitario al Hospital Garrahan, donde un equipo interdisciplinario de neurocirujanos, oftalmólogos y especialistas maxilofaciales la intervino de inmediato.
Inicialmente, la niña permaneció inconsciente, conectada a un respirador y con soporte vital avanzado. El intendente de Pergamino, Javier Martínez, había detallado entonces: “A la nena se le incrustó algo. Le ha tocado hasta la parte del cerebro. Está muy delicada”.
Durante varios días, el pronóstico fue reservado. Sin embargo, Catalina respondió bien al tratamiento y los médicos lograron estabilizarla. Su evolución fue tan positiva que una semana después ya pudo pasar a una habitación común.
Una cirugía de alta complejidad y una recuperación que continúa
La operación a la que fue sometida duró varias horas y estuvo centrada en extraer el fragmento metálico que se había alojado en su cráneo. También se trataron lesiones en el maxilar y el ojo izquierdo, cuya visión todavía podría verse comprometida.
A pesar de las secuelas, la familia se muestra esperanzada. “Lo importante es que se recupere lo mejor posible”, expresó su madre. Según los médicos del Garrahan, Catalina continúa bajo observación permanente y recibirá acompañamiento psicológico y terapéutico para su rehabilitación integral.
La investigación judicial: qué se sabe hasta ahora
La explosión en la feria de ciencias derivó en una causa penal que investiga la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio N°1 de Pergamino, a cargo del fiscal Fernando Pertierra.
“Estamos disponiendo peritajes, secuestramos documentación y estuve en el lugar”, indicó Pertierra, quien busca determinar si hubo negligencia en el uso de los materiales inflamables utilizados para el experimento. Según la información preliminar, la escuela contaba con medidas de seguridad básicas —ambulancias y bomberos apostados fuera del edificio—, aunque los investigadores intentan establecer si el procedimiento químico respetó los protocolos necesarios.
Una historia que movilizó a toda una comunidad
El caso de Catalina conmovió a Pergamino y a buena parte de la provincia de Buenos Aires. Desde el accidente, cientos de vecinos y docentes se organizaron para acompañar a la familia, con cadenas de oración y campañas de donación de sangre.
Hoy, con su paso a sala común, la noticia trae un respiro. La niña todavía enfrenta un largo camino de recuperación, pero su evolución genera esperanza. “Es una felicidad enorme poder estar más con ella”, repiten sus padres, aliviados.