El presidente Javier Milei anunció que mantuvo una “muy fructífera reunión” en la Quinta de Olivos con el expresidente Mauricio Macri, el jefe de Gabinete Guillermo Francos y la secretaria general Karina Milei. Según el propio mandatario, el encuentro tuvo como objetivo acordar un trabajo en conjunto “a partir del 27 de octubre” para avanzar en reformas estructurales.
El gesto político llega en un momento crítico para el Gobierno, atravesado por tensiones económicas, internas judiciales y derrotas parlamentarias. El oficialismo perdió respaldo en la Cámara de Diputados y en el Senado, donde incluso legisladores que inicialmente habían acompañado sus iniciativas se plegaron a rechazar los vetos a leyes vinculadas a discapacidad, jubilaciones y universidades. La falta de acuerdos amplios dejó al Ejecutivo cada vez más aislado en el Congreso.
En paralelo, la relación entre La Libertad Avanza y el PRO atraviesa su propio reacomodamiento. Tras las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires, donde el macrismo quedó relegado al tercer lugar, la fuerza libertaria impuso condiciones en la negociación bonaerense, relegando al PRO a lugares secundarios en las listas. La derrota por 14 puntos ante el peronismo unido expuso la fragilidad de la coalición y debilitó al oficialismo en la antesala de un proceso electoral decisivo.
A nivel económico, la presión cambiaria y las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional volvieron a escena. El organismo internacional y el Tesoro de Estados Unidos reclamaron al Gobierno una mayor capacidad de gobernabilidad como condición para sostener la asistencia financiera. La advertencia apunta al núcleo del problema: sin consensos políticos, las reformas que Milei impulsa sólo podrían avanzar vía decretos.
El acercamiento a Macri se inscribe en este tablero. El propio expresidente había contado días atrás: “El domingo tuvimos una larga reunión con el presidente Milei y Guillermo Francos en la Quinta de Olivos. Es bueno haber retomado el diálogo después de más de un año, siempre con la misma vocación: decirle la verdad al presidente sobre lo que pienso de la situación del país y encontrar las oportunidades para trabajar para que la Argentina salga adelante”.
Las incógnitas ahora giran en torno a lo que sucederá después de las elecciones. Está prácticamente confirmado que el gabinete de Milei sufrirá modificaciones, con Patricia Bullrich y Luis Petri como candidatos que tienen asegurada su victoria. Aunque desde el Ejecutivo deslizan que los cambios dependerán exclusivamente del Presidente, el nuevo protagonismo de Macri abre interrogantes sobre el grado de influencia que el exmandatario tendrá en la toma de decisiones. Lo que parece claro es que, para lograr estabilidad, Milei deberá correrse de su estilo confrontativo y abrir espacios a una construcción política más amplia.