Hasta esta semana, el dólar venía en alza y los precios de los bienes de consumo masivo ya lo empezaban a sentir. El problema es que, en medio de la crisis económica, los minoristas no pueden trasladar esos aumentos a los compradores porque la demanda está en niveles mínimos. Hay preocupación en los supermercados y en el gobierno bonaerense.
“Las ventas en supermercados nacionales mostraron en julio la mayor caída mensual desde diciembre de 2023“, advirtió Pablo López, el ministro de Economía de la provincia de Buenos Aires. Según cifras oficiales del INDEC, en julio la retracción fue del 2,1% respecto a junio. El funcionario de Kicillof agregó que “en autoservicios mayoristas el panorama es aún peor” con una caída “que supera a la registrada en lo peor de la pandemia“.
En este escenario, la Cámara Argentina de Supermercados (CAS) y la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (FASA) emitieron un comunicado conjunto casi inédito. “El supermercadismo argentino pide prudencia” se titula la misiva que dieron a conocer el martes de esta semana y en la que advierten sobre “las actuales condiciones de volatilidad de los mercados“.
Concretamente, temen que los movimientos del dólar se trasladen a los precios de los bienes que comercializan y que la demanda, ya en caída, baje aún más. “Recomendamos extrema prudencia a los proveedores y aconsejamos a los asociados supermercadistas actuar de manera decidida en defensa de sus clientes, rechazando aumentos de precios especulativos“, expresaron.
Tras cuestionar a los proveedores mayoristas, las cámaras empresarias también le dejaron un mensaje al Gobierno Nacional de Javier Milei. “Actúen decididamente para implementar las medidas que exige la actual situacion del país, más allá de las urgencias electorales“, consignaron. Entre esas iniciativas que reclaman enumeraron la de “defender el poder adquisitivo de la población” y la de “impulsar el consumo interno“, entre otras.
En el mismo sentido se expresó el ministro López ayer en sus redes sociales. “El modelo de ajuste del Gobierno nacional está dañando severamente al consumo, principal componente de la demanda agregada. Este nivel de deterioro en la calidad de vida de las y los argentinos es insostenible”, marcó.