La política internacional siempre regalar escenas solemnes, con banderas cruzadas, flashes de fotógrafos y comunicados cargados de frases que no dicen nada pero parecen decirlo todo. Bueno, ni siquiera eso ocurrió este martes en Nueva York, donde la supuesta “cumbre” entre Javier Milei y Donald Trump terminó pareciéndose más a un sketch de Benny Hill que a un encuentro entre mandatarios de dos países.
En lugar de la clásica sala de reuniones con estandartes y micrófonos, lo que hubo fue un cuartito sin banderas, sin pompa, sin nada. Apenas un Donald Trump que entró sonriente, con paso apurado, como si se hubiera confundido de oficina, y una comitiva argentina lista para recibir… bueno, algo.
Ese “algo” resultó ser ni más ni menos que un papel impreso. Un “fu***ing” print screen (impresión de pantalla) enmarcado en una carpetita prolija con el comunicado que Trump había publicado minutos antes en su red social Truth.
FALTÓ QUE PALMEARA SU CABEZA
La escena fue digna de museo del absurdo: Milei sosteniendo el papel con la misma emoción que si hubiera recibido una medalla olímpica, Karina Milei asintiendo con gesto solemne y Luis “Toto” Caputo intentando no reírse mientras probablemente pensaba en la corrida cambiaria que evitó gracias a ese papelito.
El presidente argentino, orgulloso, mostró la hoja a las cámaras como quien muestra el título universitario después de diez años de finales tensionantes. “Un gesto extraordinario”, dijo, y las redes sociales no tardaron en estallar con chistes de todo tipo.
LA CREATIVIDAD DE LAS REDES
El más celebrado fue el que resumió el espíritu de la jornada con un juego de palabras perfecto: “Le generó una buena impresión”. Porque lo que se llevó Milei fue justamente eso: la impresión de un posteo. Nada más.
Aún no hubo anuncio económico, solo la promesa formal de dólares frescos (o algo que todavía no se sabe que) para calmar al mercado. La situación no fue ni un mísero memorándum de entendimiento. Apenas un folio con tinta.
Pero la cosa no terminó ahí. En el mismo comunicado, Trump deslizó que Milei iba por la “reelección” en octubre, confundiendo las elecciones legislativas con una presidencial anticipada. O se equivocó, o nadie le explicó, o directamente no le interesa saber cómo funciona el sistema político argentino.
El detalle pasó inadvertido para la comitiva, que prefirió aplaudir el error como si fuera parte del guion (quizás lo engrupieron). Total, si Trump dice que Milei se reelige, ¿quién va a contradecir al magnate?
Lo más curioso es cómo presentaron el episodio algunos medios hegemónicos: “un fuerte apoyo político”, “un gesto histórico”, “una cumbre clave”. Cumbre, dicen, cuando en realidad parecía la entrega de diplomas de un colegio secundario. Y el diploma, en este caso, era un tuit de Truth Social, impreso en tamaño A4.
Las redes, mientras tanto, hicieron lo suyo: memes, burlas y comparaciones con programas cómicos. Milei aparecía photoshopeado como un Muppet sosteniendo el papelito, mientras Trump aplaudía detrás con cara de vendedor de enciclopedias.
Nadie sabe todavía si de ese folio saldrán dólares reales, pero la imagen ya quedó grabada como una de las postales más extrañas de la diplomacia reciente.
Lo único cierto es que, entre tanto papel, carpetita y sonrisa de lacayo, la reunión dejó en claro que lo que más generó la cumbre fue exactamente eso: una buena impresión…del patroncito.