La ceremonia de asunción de los nuevos concejales de José C. Paz, que debía transcurrir en un clima institucional, terminó envuelta en escenas de violencia que recorrieron las redes y dejaron al descubierto la tensión política en el distrito. El acto, realizado este viernes, terminó en un enfrentamiento entre militantes peronistas y seguidores de La Libertad Avanza.
La situación se descontroló minutos después de la jura de la concejal libertaria María Amoroso, cuyo ingreso al recinto fue acompañado por cánticos y gritos de sus seguidores, al mejor estilo libertario, entonando “la casta tiene miedo”. Desde el sector peronistas acusaron a los libertarios de provocar durante toda la ceremonia, mientras que desde LLA afirman que sólo celebraban la asunción. Ese cruce verbal escaló hasta derivar en empujones, golpes e incluso sillazos, según muestran los videos difundidos más tarde en distintas plataformas.
Amoroso denunció públicamente que militantes identificados con el oficialismo local atacaron a integrantes de su espacio tanto dentro del recinto como en las inmediaciones del edificio municipal. “A uno le fracturaron la mandíbula, a otra la arrinconaron entre hombres y la molieron a palos”, escribió la concejal en un posteo en X, donde también aseguró que un militante de 16 años fue agredido “por hombres de 50, en patota”. La dirigente relató que tras el episodio se dirigió a una fiscalía para radicar la denuncia y luego a una clínica para asistir a los heridos.
Del lado peronista, algunos funcionarios y asistentes buscaron justificar el caos señalando que los libertarios “provocaron desde el inicio” levantando los brazos y gritando consignas como “Viva la libertad, carajo” durante la jura. Sin embargo, el clima general, marcado por insultos cruzados, empujones y descontrol, terminó por convertir lo que debía ser un acto republicano en un espectáculo lamentable ante la mirada de vecinos y militantes.
El episodio también generó repercusiones en redes sociales, donde usuarios de ambos espacios se acusaron mutuamente de haber iniciado las agresiones. Un posteo muy compartido describió la escena como “una muestra más de la decadencia que se está generando en la política actual” y advirtió que la violencia que antes se veía en el Congreso “se traslada a los barrios”.
Lo ocurrido en José C. Paz (un distrito cuyo nombre invita a todo menos a escenas de violencia) dejó como saldo un fuerte repudio por parte de sectores políticos, sociales y ciudadanos que cuestionaron el nivel de degradación del debate público. La combinación de discursos hostiles, provocaciones y reacciones patoteriles terminó empañando una instancia democrática que debería simbolizar lo opuesto: la convivencia política.

