La postura de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) sigue generando polémicas en este paro nacional. El gremio de choferes de colectivos decidió acompañar las demandas de la huelga, pero no suspender sus actividades ante el temor a las represalías legales. En Bahía Blanca hubo represalías, pero desde otro lado.
Según reportó la prensa local, las líneas de micros que circulan por la ciudad del sur bonaerense decidieron suspender sus servicios durante todo el día de hoy. Es que al menos 15 coches fueron atacados a piedrazos por personas desconocidas y sufrieron roturas.
“En común acuerdo con las empresas, ante la ola de daños y vandalismo en las unidades, se paran los servicios, por seguridad de los pasajeros, choferes y los colectivos”, informó la delegación bahiense de la UTA.
A la espera de mayores precisiones, los repudios a lo sucedido no tardaron en llegar. El intendente de la ciudad, Federico Susbielles, se hizo eco de la situación confirmando la gravedad de los hechos. “Fueron perpetrados de manera coordinada y en un lapso de 20 minutos, antes de la salida del sol“, informó.
Para el jefe comunal, es “lamentable y repudiable” lo que pasó, sobre todo “en un momento tan triste y complejo” de la ciudad que todavía está recuperándose de la trágica inundación. Lo cierto es que el municipio presentó una denuncia penal por los daños que sufrió su flota y espera que el resto de las empresas haga lo propio.
La palabra de la CGT regional
Rápidamente la regional bahiense de la Confederación General del Trabajo (CGT) salió a repudiar lo sucedido. A través de un comunicado firmado por sus tres líderes, expresó que “la jornada de protesta no puede incluir ningún hecho de violencia”. “No hay nada más contundente que una protesta pacífica y organizada”, afirmó.
En este sentido, la dirigencia gremial espera “que la Justicia actúe” para encontrar a los responsables de los daños. “No hay espacio para la violencia”, sentenciaron.