Los métodos delictivos también se “ponen de moda”. Fluctúan. Se los implementa y se los deja. A veces vuelven o quedan en la historia lejana. Tales son los casos de “Motochorros”, “quemacoches”. En este sentido, los ataques con piedras a vehículos en tránsito se convirtieron en una modalidad cada vez más frecuente en la provincia de Buenos Aires. El método, tan violento como rudimentario: desde los puentes de las autopistas o desde los laterales de las autovías, los agresores arrojan objetos contundentes para obligar a detener la marcha y concretar robos.
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Uno de los episodios más recientes ocurrió cuando un micro de la empresa Metropol fue apedreado a la altura del arroyo El Gato, en Gonnet. El colectivo recibió varias pedradas, aunque no se registraron heridos. El caso encendió la alarma entre quienes viajan a diario entre La Plata y la Ciudad de Buenos Aires.
La autopista Riccheri, principal vía hacia el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, también fue escenario de episodios violentos. Sin embargo, desde Corredores Viales afirmaron que “no se registraron robos en los últimos dos años”. Aclararon que los ataques con piedras figuran como asistencias al usuario, sin aparecer discriminados como hechos de inseguridad, aunque admitieron que “no es una asistencia habitual”.
Si bien el foco está en los accesos bonaerenses, hechos similares se registraron en Córdoba, Misiones y Mendoza.
La reiteración de estas prácticas configura un escenario inquietante: además de los daños materiales y el riesgo de robo, un solo impacto puede terminar en lesiones graves o en tragedias.