Natalia Oreiro se volvió tendencia al hablar públicamente de una enfermedad que padece y que, según explicó, “no tiene cura”. Fue en el ciclo de entrevistas Caja negra, conducido por Julio Leiva, donde la actriz uruguaya contó qué es la misofonía y visibilizó que el 7% de la población la tiene y lo desconoce.
La artista que estrenó recientemente la película “Casi Muerta” en los cines de todo el país expresó en la entrevista: “Tengo un tema con el ruido que me hace daño, que se llama misofonía, que es odio al sonido y hay ciertos ruidos que me dañan y eso sí es neurológico” y agregó que “Es difícil de explicar porque no hay solo un patrón que te diga lo que es”.
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En ese sentido, y de acuerdo a lo que a ella le ocurre con esta enfermedad, explicó: “Si estamos cerca y vos está haciendo un ruido, una descarga de ansiedad, ya sea masticando chicle, con el pie o la lapicera y eso no para, la persona empieza a absorber la ansiedad de la otra persona”.
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Lo cierto es que Natalia Oreiro padece misofonía desde muy niña y que en aquel entonces no existía el diagnóstico. “Lo tuve siempre, antes no se encontraba diagnosticado como una enfermedad. En los exámenes tenía que ir a la dirección porque no podía concentrarme. Era difícil decirle a un compañero ‘che, no masques chicle porque me desconcentra o me lastima'”, manifestó.
Aunque no tiene cura, de acuerdo al relato de la actriz, fue muy importante comprender de qué se trata lo que le ocurría. “Me alivió porque dije ‘ok, no es de histérica’. A mí no me genera ira, hay gente que, agarro tu caja negra y te la parto en la cabeza si eso pasa. Yo no, por suerte lo controlo”, destacó.
Qué es la misofonía, la enfermedad que padece Natalia Oreiro
La misofonía es una afección provocada por una fuerte reacción a sonidos y ruidos específicos. Su nombre provienen de las palabras “miso” (odio) y “phonia” (sonido), por lo que también es conocida como el “odio al sonido”, aunque es importante tener en cuenta que no debe confundirse con la hiperacusia que consiste en percibir ciertos sonidos de una forma anormalmente alta, y sentir incluso dolor físico al escucharlos.
En ese sentido, las personas con misofonía reaccionan al escuchar un patrón de sonido específico, como el ruido de masticar chicle, la tos, los golpecitos con un lápiz sobre la mesa, los estornudos, u otros. Se trata de un trastorno neurológico en el que los estímulos auditivos, y en ocasiones visuales, son malinterpretados por el sistema nervioso central.
Como dijimos, en la actualidad no existe ningún tratamiento o cura para la misofonía, pero sí se puede sobrellevar a través de distintos tipos de terapias.
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