Malena nació en la ciudad más austral del mundo, donde se unen el Atlántico y el Pacífico, cuenta que el azul inmenso y el viento constante son las memorias más precisas que conserva su cuerpo de Punta Arenas, Chile. A los 6 años, escapando de la dictadura de Pinochet, debió exiliarse junto a su familia en Río Gallegos. Finalmente a los 18 la Universidad Nacional de La Plata la atrajo y adoptó estas tierras como propias.
Confiesa que cambió de vida muchas veces, pegó giros y empezó de nuevo. Escribe desde su generación, que fue educada desde el mito del amor romántico para toda la vida, pero que en el hacer se encontró con otras realidades.
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“Soy de una generación que viene de un feminismo francés, de las feministas que se quedaron calladas mucho tiempo, que pretendieron educar al otre, que se guardaron la bronca, la tragaron y la militaron en espacios donde era correcto militarla”, cuenta la escritora a Infocielo.
Además de reconocida poeta y escritora, Malena es Licenciada en Psicopedagogía. Su trabajo como directora en una Escuela Secundaria Cooperativa de La Plata es el lugar desde donde, con otros educadores y educadoras, impulsan una mirada desde los derechos humanos, la diversidad y el cooperativismo.
Escribir, escribir, escribir… ¿y publicar?
¿De qué está hecha una escritora? Algo que destaca Malena es la capacidad de observar, de encontrar lo extraordinario en la escena más pequeña, más cotidiana. “No hace falta esperar la musa, observar te puede llevar al vuelo”, confiesa.
Pero el cultivo de la observación, las historias detrás de algo tan intrascendente como lo puede ser un vestido raído que no nos atrevemos a tirar por los recuerdos, no son suficientes. Malena expresa que para escribir hay que ser valientes.
“Ser valiente es no creerse el cuento, es mirarse a sí misma también, con las limitaciones, lo que uno tiene para decir y sobre todo el respeto a las palabras”.
Comenzó a escribir a través de un blog homónimo a su primera publicación, Amor a la rabia, que todavía está colgado en la web. Al mismo tiempo empezó a participar de lecturas colectivas en espacios culturales de la ciudad. Pero una mala crítica la puso en jaque, y conforme con su personalidad decidió tomar cartas en el asunto.
“Mi primera reacción fue pensar ‘si vale la pena sigo y si es una porquería como esta persona me está diciendo abandono’. Pensé en un escritor al que admiro mucho y que fuera salvaje: Dalmiro Saenz. Lo busqué, le escribí, y me recibió”.
Sin dormir y con una pila de papeles con poemas y relatos, Malena se encaminó a la casa del famoso escritor y dramaturgo. “Tuve el privilegio de que me aceptara y recibiera en su casa”, recuerda.
“Él era muy profundo, creía en los cambios de las cosas pero todo el tiempo tironeaba. Traccionaba a la gente, a los cómodos los hacía sentir incómodos, ese era su motivo en la vida”.
A partir de ese momento Dalmiro la tomó como alumna, la impulsó a publicar su primer libro y hasta escribió el prólogo de la obra. De esos encuentros se forjó una amistad que duró hasta la muerte del literato.
“La nueva Corín Tellado”
“En esta cultura que tenemos donde los privilegiados y las privilegiadas siguen siéndolo, es muy difícil que alguien que no pertenezca a la academia, o esté en esta lógica popular de las redes pueda llegar a ser reconocida”, continúa la escritora.
Una vez alguien de la academia le dijo “serás la nueva Corín Tellado”, en referencia a la novela rosa poco apreciada por las instituciones. “Pero Tellado”, retruca Malena, “le tomó el pulso al deseo de las mujeres, como nadie se lo había tomado, por eso era tan leída”.
“Podemos cuestionar a la obra de Corín, porque era lineal, historia rosa, pero siempre había un registro del deseo y del goce. A veces me siento una Corín Tellado, porque resalto a la mujer empoderada, los feminismos y el registro del goce”.
Literatura y género
Como suele suceder, la escritora cuenta que se formó leyendo varones y recién ahora lee muchas autoras. Pero lejos de tratarse de una decisión consciente, los últimos años reivindicaron el lugar de las mujeres y disidencias en las letras, que históricamente han tenido que masculinizarse, o escribir bajo pseudónimos si querían ser publicadas y leías.
La escritora advierte que “la literatura es el arte mas atrasado en reivindicar el género”. Además, “cuando lo empezó a reivindicar lo hizo de una manera patológica, hablando de la literatura rosa, de literatura de mujeres para mujeres”, agregó.
“Hasta hace muy pocos años los varones escritores se juntaban entre ellos, y había muy pocos espacios para las mujeres escritoras”, cuenta y recuerda sus propias experiencias en círculos de escritores, donde “se daba mucho esta necesidad de la masculinización para que nos escuchen”.
“Tuvimos que corrernos del estándar de como una mina generalmente se presentaba, porque para que te escuchen había que levantar la voz y pedirles que se callen”, recuerda.
Actualmente Malena se encuentra trabajando en su cuarto libro Mi abuela no tuvo orgasmos, una conversación entre cinco amigas cuyos fragmentos se pueden encontrar en su Instagram personal.
Además, su último libro, El hombre más lindo del mundo, puede conseguirse en La Plata en Cambalache, Malisia y Rayuela, también se puede solicitar envío al interior del país. Amoralarabia y Culoconculo agotaron su publicación, por lo que no es posible conseguirlos físicamente.
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