Desde hace días, miles de personas se conectan en vivo para ver un robot submarino explorar el lecho marino del Atlántico Sur. El canal de YouTube de la Fundación Schmidt Ocean, que antes promediaba 5 mil visualizaciones por video, superó esta semana el millón de vistas en una sola transmisión, y pasó de tener 111 mil a más de 190 mil suscriptores. Todo esto ocurrió desde que el buque Falkor (too), junto a científicos y científicas del CONICET, comenzó a transmitir en tiempo real la expedición Talud Continental IV.
La misión, que busca estudiar la biodiversidad y el relieve del fondo oceánico argentino, más precisamente en el Cañón Submarino Mar del Plata, tiene como objetivo alcanzar los 3.900 metros de profundidad. Hasta este jueves, el descenso había llegado al equivalente de unas 25 cuadras verticales. Pero lo más profundo ocurrió en otro plano: el impacto emocional y colectivo que generó la experiencia.
La comunidad científica, en primera persona
Son 25 los científicos y científicas del CONICET que trabajan a bordo del buque, organizados en turnos de 12 horas, acompañando cada etapa de la investigación junto a un equipo técnico internacional que opera el robot submarino. En principio, la transmisión era silenciosa. Pero las preguntas del chat los interpelaron y comenzaron a responder. Y al hacerlo, pasó lo inesperado: el público se enamoró de ellos.
La mayoría son docentes e investigadoras de universidades públicas, lo que se nota en la claridad con la que explican lo que se ve en pantalla. La interacción no paró más. La gente pregunta, celebra y bautiza con apodos a las especies que aparecen: Amarillín, Batatita, Los Fideos, Godzilla, Patricio Estrella, entre muchos otros.
“La verdad que leer el chat, el otro día un mensaje acá decía: ‘tengo 7 años y amo la naturaleza y me encantaría ser biólogo’. Eso te llena el corazón y se te estruja. Es muy fuerte esto, es nuestro granito de arena, gente”, dijo en vivo Nadia, una de las científicas más queridas por el público, a quien bautizaron “Nadia Coralina” por su especialización en corales.
“Mucha emoción. Gracias chicos, elijan la educación, elijan estudiar, elijan la ciencia. Hace falta”, agregó su colega Diego, cuando más de 42 mil personas veían en vivo —un jueves a las 11 de la noche— cómo un pulpo cuidaba sus huevos.
Ciencia pública, amor popular
La repercusión fue tan grande que la propia fundación Schmidt Ocean expresó su sorpresa por el fenómeno argentino. Si bien transmiten todas sus expediciones, jamás habían visto una reacción de este tipo. El fenómeno tiene lógica: en un país atravesado por recortes a la ciencia y cuestionamientos a lo público, esta expedición se convirtió en un símbolo de resistencia y orgullo colectivo.
Los científicos y científicas argentinos, formados en universidades públicas, compitieron internacionalmente para formar parte de esta misión. La propuesta fue seleccionada entre muchas otras, en una convocatoria global. Y desde que el Falkor (too) llegó a aguas nacionales, lo que se generó a su alrededor excede cualquier protocolo.
Esta investigación no empezó ahora. Los equipos del CONICET llevan más de una década trabajando en estas campañas. Las primeras ediciones, Talud I, II y III, se realizaron entre 2012 y 2013 con financiamiento estatal. Desde entonces, científicos argentinos se prepararon durante años para aplicar a una convocatoria internacional y poder ser parte de las misiones del Schmidt Ocean Institute, una fundación científica sin fines de lucro con base en Estados Unidos.
¿Qué es el Schmidt Ocean Institute?
Se trata de una fundación científica privada sin fines de lucro, con sede en Estados Unidos, cuya misión es promover el conocimiento oceanográfico a través de expediciones interdisciplinarias. En 2025, sus misiones se centran en el Atlántico Sur, una de las zonas más inexploradas del planeta, donde se estudian fenómenos como volcanes submarinos, terremotos y biodiversidad extrema.
La expedición argentina forma parte de este calendario global. Y aunque el objetivo sea descender a casi 4.000 metros de profundidad, lo que ya consiguieron —a nivel social y cultural— es difícil de medir.
La argentinidad al palo
En plena madrugada, miles de argentinos se conectan a ver lo que pasa en su mar, el trabajo de sus científicos y científicas y demuestran no solo el clásico patriotimo tribunero argentino, sino además que la ciencia y la naturaleza, son objeto de interés para el público. Y lo hacen con devoción, con humor, con ganas de aprender. En tiempos de crisis y cuestionamientos a la financiación pública de la investigación científica, la ciencia se volvió viral. Y no por marketing, sino por mérito.
📺 Cómo seguir la expedición
🧭 YouTube: @SchmidtOcean
📱 Redes sociales: Instagram gempa.ar (Grupo de Estudio del Mar Profundo de Argentina) Instagram @nadia.coralina (la científica más amada por el chat de YouTube) hashtag oficial #TaludContinentalIV
📌 Transmisiones en vivo todos los días desde el Falkor (too)