La bomba del Wall Street Journal cayó ahora después de las elecciones y abre un interrogante que, hasta el momento, nadie en los grandes medios argentinos se anima a plantear sin anestesia: ¿lo del “salvataje de USD 20.000 millones” fue una puesta en escena entre el gobierno libertario y la administración estadounidense para llegar a octubre sin hacer un papelón, o Estados Unidos le corrió el banquito a Milei una vez pasado el comicio?
Porque lo que dice el diario estadounidense es clarísimo: el supuesto rescate de USD 20.000 millones que iban a armar JPMorgan, Bank of America y Citigroup quedó archivado, y en su lugar los bancos sólo están evaluando un préstamo cortito para ayudar a pagar unos USD 4.000 millones en enero.
Es decir: de 20.000 a 4.000, y encima plata prestada exclusivamente para “rolear” deuda, no para fortalecer reservas. Un quinto de lo anunciado. Nada de blindaje, nada de megapaquete, nada de la épica financiera que se vendió en campaña.
La pregunta obvia es: ¿qué pasó en el medio?
El anuncio que ahora hace ruido
La versión oficial antes de las elecciones pintaba un cuadro casi hollywoodense: Scott Bessent (secretario del Tesoro de Trump) presentando un combo espectacular que incluía un swap con el Tesoro de EE.UU. por otros USD 20.000 millones y, aparte, el mega préstamo bancario de otros 20.000. El mensaje era claro: “Estados Unidos está con Milei, la plata está, quédense tranquilos”.
Pero este jueves por la tarde previo a 4 días de feriado sin mercado para el dólar oficial, se lee en el Wall Street Journal otro paisaje completamente diferente.
Jamie Dimon, el jefe del JPMorgan, habría empezado a frenar la pelota apenas escuchó las condiciones “griegas” que llegaban desde Washington.
Después del anuncio público, empezó a pedir garantías cada vez más fuertes (algo lógico cuando se trata de prestarle a un país con el historial argentino), y el entusiasmo inicial se fue desinflando. Hasta que, según el diario especializado en economía, directamente se bajó la persiana.

Lo que reveló el Wall Street Journal
Y acá se abren las dos interpretaciones políticas:
1. El rescate fue humo electoral
Una posibilidad es que el Gobierno libertario, en sintonía con la administración Trump, necesitara mostrar un apoyo financiero gigantesco para no llegar agonizando a las legislativas. La foto del swap, los titulares de “20.000 millones”, los guiños de Washington… todo servía para transmitir calma y evitar un derrumbe antes de tiempo.
Ahora que pasó octubre, el castillo se desarma: el swap (todavía) no aparece, el préstamo se achicó a la quinta parte y encima es deuda pura para tapar otro agujero.
2. Estados Unidos decidió enfriar la relación
La otra lectura es que fue Washington el que decidió bajar el pulgar después de las elecciones, ya sea porque cambiaron las prioridades, porque vieron demasiados riesgos o porque “se les encarajinó el rancho en el frente interno”.
No sería la primera vez que EE.UU. promete más de lo que finalmente entrega y deja pagando a un aliado.
Lo que sí está claro es que el Tesoro estadounidense hizo movimientos muy concretos antes del comicio: según trascendidos, intervino en el mercado spot argentino vendiendo más de USD 2.000 millones para contener el dólar. Después de las elecciones, liquidaron los pesos que habían recibido (supuestamente colocados en una letra del propio Caputo) y se llevaron la diferencia del carry trade.
Dos hipótesis que nadie se anima a discutir
Hasta ahora ni el Gobierno explica qué pasó con los 20 mil palos verdes, ni se sabe qué parte del acuerdo sigue viva, ni qué garantías existen. Y, mientras tanto, el préstamo que prometía ser el motor del “renacer financiero argentino” quedó reducido a un buscapié de USD 4.000 millones para no caer en default en enero.
El WSJ lo contó de frente. Acá, por ahora, nadie quiere decirlo así: el salvataje de USD 20.000 millones nunca existió tal como se anunció. Y el porqué de ese desfasaje (si fue estrategia electoral o un portazo estadounidense) es justamente lo que todavía se está evitando discutir.

