El aumento del 70% en el precio de los ladrillos huecos generó un fuerte rechazo por parte de la Asociación de Comerciantes e Industriales en Materiales de Construcción (ACIMCO). Sin embargo, la crisis en el sector ladrillero va mucho más allá de esta suba. Hugo Romero, delegado de la Unión Obrera Ladrillera, expuso la difícil realidad que atraviesan los trabajadores del rubro y el impacto de la recesión en la industria.
“En realidad, el sector nuestro es el que fabrica ladrillos comunes artesanales, ladrillos de barro. En el tema del ladrillo hueco no se entiende demasiado la causa del aumento, porque hay incidencia del consumo de gas en los hornos, pero eso realmente en la cantidad no incide. Como es una industria media monopólica, son dueños de poner el precio que ellos quieren“, explicó Romero.
El parate de la construcción como gran obstáculo
Más allá del aumento en los ladrillos huecos, el dirigente sindical remarcó que en el sector del ladrillo artesanal la situación es crítica debido a la caída de las ventas. “Se están manteniendo en las fábricas los mismos precios del año pasado, básicamente porque no hay ventas. Al no haber prácticamente obras, hay muy poca salida. Además, hay una crisis en el sector por falta de mano de obra. La mayoría de los trabajadores son migrantes originarios de Bolivia y en estos momentos muchos se han ido y volverán solo para trabajar en la temporada”, detalló.
Romero enfatizó que la paralización de la obra pública a nivel nacional es un golpe devastador para el sector. “Siguen con la política de la motosierra, lo que significa que no haya obra de ningún tipo. Lo que más nos afecta a nosotros es la construcción de escuelas, hospitales y viviendas que se hacían con planes nacionales y que no se van a hacer. Eso directamente paraliza la industria de la construcción y esta industria, como se suele decir habitualmente, es la industria madre que motoriza un montón de sectores. Si no hay un cambio de política económica profundo, esto pinta para agravarse”, advirtió.
Un sector en crisis estructural
Ante este panorama, desde la Provincia de Buenos Aires se intentan generar herramientas para reactivar el rubro, aunque Romero reconoció las dificultades para avanzar. “Se estaba tratando de hacer un registro del sector, ver cómo se puede incentivar la obra para mover un poco el mercado, pero es difícil. Por ejemplo, se estaba trabajando en un proyecto para hacer un registro de los trabajadores y de la industria, porque es una industria bastante desordenada. Recién el año pasado se formó una Cámara Nacional con la representación de los empresarios. Antes era muy precaria la forma de organización, y esto por supuesto incide para discutir la política con el Estado”.
El delegado de la Unión Obrera Ladrillera explicó que la crisis del sector viene arrastrándose desde hace años y se profundizó con la pandemia. “Para decir la verdad, el tema se empezó a agravar con la pandemia. Veníamos relativamente bien hasta ese momento en que se paralizó la economía. Intentó repuntar un poco sobre el final del gobierno de Alberto Fernández, pero después, con la política económica de Milei, se vino todo abajo. Es prácticamente imposible sostener los pequeños emprendimientos“.
Además, Romero remarcó que la mano de obra migrante, que históricamente sostuvo la producción de ladrillos, está abandonando el país. “Las fábricas se ven muy perjudicadas por la baja demanda y, además, al ser gran parte de mano de obra migrante, el trabajo se hace por temporada mayormente. Los compañeros se van y no vuelven porque no les conviene. Hoy están mucho mejor socioeconómicamente en Bolivia que acá”, explicó.
Ante este panorama desalentador, Romero fue contundente sobre la necesidad de un cambio de rumbo en la economía. “Ahora se trata de alguna manera de resistir la crisis y sumarse a todo lo que tenga que ver con la pelea por torcer este plan económico, es la única salida real. Lo demás es como querer curar con una aspirina un cáncer que no tiene solución. Si no hay movimiento, si no hay demanda, si no hay obra, todo se termina cayendo“, concluyó.