María Eugenia Vidal se quedó sin respuestas ante la crisis y transmite señales de rendición ante la complicada situación que atraviesan los comerciantes bonaerenses. La recesión, la caída del consumo y el aumento de los costos la colocaron, según lamentó, en un lugar de impotencia política.
Hoy visitó Junín junto al intendente Pablo Petrecca y recorrió el centro comercial, donde dialogó con comerciantes que le manifestaron sus preocupaciones sobre el crítico momento.
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En una conversación que mantuvo con el representante de un comercio local reconoció que “recién vengo de charlar en varios negocios y me quedé muy preocupada”.
“La cuenta del almacenero no da, le sale más de lo que entra”, lamentó con un tono que dista de ser el que mostró durante la campaña previa a las elecciones primarias, cuando en Provincia creían en el “milagro de Vidal”.
“Todo lo que yo pueda hacer desde la Provincia ya lo hice, no tengo más herramientas”, admitió. “Todo lo que hemos podido hacer lo hemos hecho”, insistió como forma de despegarse de las políticas económicas de Mauricio Macri que llevaron a la crisis actual.
“No baje los brazos, no pierda la fuerza”, fue el consejo de la Gobernadora, que ya se muestra impotente para brindar soluciones y se dedica a lamentarse frente a las víctimas del modelo.
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