En la mesa chica del gobernador Axel Kicillof evalúan qué hacer con las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) que tienen en ascuas a todo el Frente de Todos y a buena parte de la oposición.
En la calle 6 de La Plata ya tienen definido que todos los esfuerzos están puestos en ir por la reelección y aseguran, en el caso de que alguno se anime a subirse a la pelea: “No tenemos problemas de enfrentarnos con quien sea”.
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Axel Kicillof es el dirigente K que mejor tracciona los votos de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, que no son pocos. Por eso, la definición que tome la exmandataria sobre su candidato será vital para definir el escenario.
En tanto, hay una cuestión no menor que definirá los destinos de las PAOS –así su denominación- en la Provincia: el factor económico.
Según pudo conocer este medio, los equipos técnicos ya evalúan la situación con planillas y números arriba de la mesa porque, en el caso de que el Congreso de la Nación avance con la suspensión de las primarias, la Provincia no tiene respaldo económico para solventar una PASO en soledad.
En ese caso, las miradas estarán puestas en las negociaciones al interior de la Legislatura bonaerense, porque como señaló Infocielo, la ley solo puede ser anulada por una norma de la misma categoría, es decir otra ley.
En la Provincia, las negociaciones entre el Gobierno y sectores de la oposición, como el PRO, son más tensas y desde el sector amarillo incluso ya plantaron bandera y dieron la negativa a cualquier tipo de cambio en las reglas de juego.
Otros, como la UCR, lo toman con más tranquilidad. El propio presidente del Comité boina blanca bonaerense, Maximiliano Abad dijo la semana pasada que “las PASO ordenan, generan la posibilidad de involucramiento de los vecinos, pero Juntos tiene la decisión de seguir en unidad y va a construir reglas en el caso de que sean suspendidas, por lo que no termina siendo una preocupación”.
El factor Berni, otro punto de evaluación
En las huestes de Axel Kicillof evalúan que el gobernador tiene una buena imagen de cara a la sociedad, de “cercanía”; algo que comprueban, en especial, al momento de las recorridas por el interior.
Sin embargo, la brutal represión que llevó adelante la policía bonaerense contra la parcialidad de Gimnasia en su estadio del Bosque puso reparos a esas consideraciones. “Esto aleja”, lamentó uno de sus colaboradores.
Como señaló este portal, en la Casa de Gobierno siguen la hipótesis de “un vuelto” de un sector de la bonaerense contra el ministro de Seguridad, Sergio Berni, a quien, pese al fuego interno, Kicillof decidió sostener en el cargo.
Siguiendo la alternativa del mensaje interno, desde el Gobierno creen que, si se le suelta la mano al polémico funcionario, los uniformados entenderían que les queda la vía libre para correr a quien quisieran.
Más allá de este caso puntual, se barajan pocas alternativas de nombres al interior del Frente de Todos para ocupar la silla caliente de la comanda del Ministerio de Seguridad y el control político de una fuerza problemática que tiene 90 mil efectivos.
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