El viernes por la noche, la señal de noticias TN del Grupo Clarín vivió un momento televisivo tan inesperado como revelador. En medio de un largo reportaje sobre la situación de Lourdes Fernández, integrante histórica de Bandana, su compañera Lissa Vera decidió interrumpir el relato y dirigirse directamente al conductor Jonatan Viale con una pregunta filosa:
“Te quiero preguntar por el chiste que hiciste en la radio con la canción de Sui Generis, no lo entendí”, lanzó, en tono calmo pero firme.
La frase cayó como un balde de agua fría. Viale, notablemente incómodo, respondió con cara de desconcierto: “No sé de verdad de qué estás hablando”. Vera insistió: “Sí, sí sabés, lo vi recién”. A partir de allí, el periodista se enredó en negaciones: “Jamás haría un chiste con algo tan serio, te estás confundiendo”.
Lo cierto es que Lissa no se confundía. En la mañana, durante su programa en Radio Rivadavia, Viale y Cristina Pérez habían introducido un tema de Sui Generis, “Seminare”, para luego ironizar sobre el caso de Lourdes, contrastando la “música de excelencia” con “Bandana”, en tono burlón.
El video que lo desmintió
La negación de Viale no duró demasiado. En las redes sociales, los usuarios no tardaron en subir el fragmento radial que confirmaba la acusación de Lissa Vera.
El registro mostraba exactamente lo que ella describió: el conductor riéndose con Pérez al pasar de Lebón y Charly García a hablar del “caso Lourdes”… “¿Qué le pasó a este país?”, dijo el hijo de Mauro, en su habitual tono de menosprecio a la Argentina. Un chiste de mal gusto, liviano, pero revelador del desprecio con que había tratado la noticia.
Sin embargo, horas más tarde, Viale dedicó casi todo su programa en TN al tema, mostrando una “sensibilidad” que unas horas antes no había tenido. Para el público desprevenido, parecía un gesto de empatía. Para quienes habían escuchado la radio, era puro oportunismo.
De la burla al cálculo político
¿Por qué el repentino interés de Viale por el caso? La respuesta está en el calendario.
El viernes marcó el inicio de la veda electoral, período en que no se puede hablar abiertamente de política. Pero el periodista encontró en el episodio de Lourdes una puerta lateral para hacerlo: el hoy detenido ex de la cantante, durante un reportaje callejero, mencionó al presidente Javier Milei y lanzó frases críticas contra el oficialismo y apoyo a la oposición peronista.
Ahí Viale vio el filón…
Aprovechó la noticia policial para deslizar su línea habitual: que los sectores “anti-Milei” son violentos, desquiciados, peligrosos. Así, disfrazado de “cronista policial sensible”, logró seguir atacando a la oposición aún en tiempos de silencio político.
El paso de la burla a la indignación fue tan rápido que muchos televidentes no pudieron evitar notarlo. En la radio, la historia le había servido para hacer humor barato; en la tele, para reforzar su discurso político.
Cinismo en pantalla
El episodio fue una radiografía perfecta del doble discurso de la prensa oficialista.
Viale negó lo innegable, mintió con naturalidad ante cámara y luego reconvirtió su error en contenido político, todo en menos de 24 horas.
Lissa Vera, con su intervención espontánea, dejó expuesta una práctica cada vez más visible: la manipulación del drama ajeno para sostener una agenda partidaria.
Porque más allá de la polémica, lo que quedó claro es que Lourdes y su situación personal nunca le importaron a Viale. Lo único que vio fue una oportunidad: un caso mediático para disfrazar de “noticia humana” lo que en realidad era un mensaje político camuflado.

