Acaso le tocó el peor rival para este momento tan delicado que vive Gimnasia. Es que el domingo próximo tendrá que visitar a River en su casa, en uno de los partidos más difíciles que el equipo tiene en el año. Y la gravedad representa un ex extra, teniendo en cuenta que el Lobo hace casi 20 años que no gana allí.
La última vez que Gimnasia ganó en el Monumental fue el 27 de noviembre de 2005, cuando el equipo dirigido por Pedro Troglio dio el golpe y se impuso 3-1 con goles de Lucas Lobos y Gonzalo “Turbo” Vargas (2) ante el River de Reinaldo Merlo. Desde entonces, pasaron más de 19 años sin que el “Lobo” pudiera repetir el festejo en Núñez.
Aquella no fue una victoria más, eso está claro. dejó a Gimnasia bien posicionado en la pelea por el título y fue una movilización histórica, con el equipo peleando coas grandes. Sin embargo, la debacle deportiva del club hizo que aquello sea un recuerdo sumamente lejano para el alicaído presente albiazul.

Un historial abrumador
El historial entre ambos refleja una clara superioridad del conjunto de Núñez: River ganó 102 de los 193 encuentros, mientras que Gimnasia se impuso en 45 y empataron 46 veces. En el Monumental, la diferencia es aún más amplia: el “Lobo” apenas consiguió 13 victorias en 94 visitas, con 18 empates y 63 derrotas.
En los últimos enfrentamientos, la tendencia se mantuvo. River suele hacerse fuerte de local y Gimnasia apenas logró rescatar empates en los últimos años. Pese a ello, el equipo platense viaja con la intención de dar el golpe y ponerle fin a una racha que ya se volvió histórica.

Más allá de los números, el duelo también despierta en los hinchas triperos la esperanza de una hazaña futbolera: ganar en una de las canchas más difíciles del país, donde los recuerdos felices comienzan a desvanecerse entre las generaciones más jóvenes.
En los últimos 11 partidos disputados en el Monumental, River no perdió nunca ante Gimnasia (8 triunfos y 3 empates). La última vez que el “Lobo” se llevó algo más que un punto fue en aquella tarde de 2005, cuando Lucas Lobos brilló y la camiseta azul y blanca sorprendió a todo Núñez. Hoy, casi veinte años después, el desafío vuelve a presentarse: romper la historia y volver a festejar donde parece imposible.

