El castigo electoral que Javier Milei sufrió el último domingo en la provincia de Buenos Aires arrastró al PRO que, pese a los cambios de estrategias, sigue acumulando derrotas en el 2025.
Los términos leoninos del contrato que La Libertad Avanza le hizo firmar al PRO hubieran quedado maquillados con un triunfo el último domingo. Esa victoria que Javier Milei vislumbró a mediados de año, cuando decidió nacionalizar la elección y ponerle el cuerpo a unos comicios que consideraba podían ser el fin del kirchnerismo.
Pero la decisión del Presidente lo llevó a plebiscitar su gestión y la derrota desató una crisis inesperada cuyos efectos aún son difíciles de predecir.
¿Ganó o perdió?: qué le dejó al PRO la elección del domingo
Las voces más críticas dentro del espacio fundado por Mauricio Macri – el expresidente guarda un llamativo silencio- advierten que el resultado de la elección fue todo pérdida para el PRO.
Entre los fundamentos, mencionan que el partido que supo conducir los destinos del país entre 2015 y 2019 resignó identidad y sus valores republicanos al aceptar competir bajo el sello La Libertad Avanza y adoptar el color violeta e igualmente terminó perdiendo.
Además el PRO quedó salpicado por las denuncias de corrupción contra Karina Milei y la gestión libertaria y se encontró atado de pies y manos para dar una discusión frente al electorado (la transparencia fue siempre uno de los ejes discursivos de las gestiones amarillas)
A su vez, se debilitó la estructura territorial con la salida de intendentes de ciudades importantes en el interior como Pergamino, San Nicolás o Junín y estuvo lejos de sostener la cantidad de bancas que ponían en juego (7 de 12).
Incluso, algunos dirigentes miran con ironía la suerte de “operativo despegue” que algunos referentes del PRO empiezan a mostrar de cara a las elecciones nacionales de octubre.
Por otro lado, desde los sectores más acuerdistas que encargan dirigentes como Diego Santilli o Cristian Ritondo– ganaron mayor presencia personal en las mesas políticas creadas por Javier Milei- consideran que pese al mal resultado global el saldo fue positivo para el PRO.
Según observan, de haber competido de forma separada apenas podrían haber peleado solo por una o dos bancas y hubiesen quedado marginados por la polarización como le ocurrió a la UCR.
El acuerdo con LLA permitirá asumir desde el 10 de diciembre a 6 diputados: Natalia Blanco, Alejandro Rabinovich, María Sotolano, Leticia Bontempo, Gustavo Coria y Julieta Quintero Chasman y en el Senado al actural intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro.
Afuera se quedó el zarateño Matías Ranzini, la mano derecha en la Legislatura de Cristian Ritondo que lo mandó a jugar a la cuarta sección para escapar a las restricciones de la ley de reeleciones indefinidas.
Con estos números el PRO ¿Salvó la ropa y sigue teniendo peso parlamentario o quedó disminuido frente al bloque libertario que creció notoriamente en número?
La elección de los intendentes y las fallas del cierre que señalan a Ritondo
A nivel municipal, algunos intendentes del PRO consiguieron buenos resultados por su peso territorial y otros sufrieron inesperadas derrotas.
En Mar del Plata, Guillermo Montenegro logró sacar adelante la elección en la quinta sección y ganó cómodo en su distrito (52%) pero la ventaja de LLA en la nómina de concejales fue mucho más exigua producto del corte de boleta (38%).
Las victorias más contundentes fueron en los distritos de la primera sección y en el interior sobresale Pinamar.
Soledad Martínez (Vicente López), una de las dirigentes que resistió a los pedidos libertarios y se quedó con los primeros lugares de la nómina, se impuso con el 55% de los votos. “No se ganan elecciones por una campaña. Se gana cuando se gobierna con resultados concretos, sin discursos ni zaraza” adujo y utilizó una foto con un logo del PRO.
También ganó por buena diferencia Ramón Lanús, en San Isidro y en Pinamar, donde el intendente Juan Ibarguren pasó una prueba de fuego y superó por 20 puntos al peronismo.
Las derrotas más marcadas se produjeron en Zárate, donde la nómina del ritondista Marcelo Matzkin quedó 7 puntos debajo de Fuerza Patria. También FUE durísima la caída en Arrecifes: Fernando Bouvier apenas sumó el 27,35% frente al 43,19% de los votos que consiguió Fuerza Patria. En Lobos, Jorge Etcheverry cayó derrotado por dos puntos.
Luego hubo triunfos en Campana – solo por un punto- CoroneL Pringles y San Antonio de Areco.
Otro de los análisis se centra en aquellos intendentes del PRO de ciudades pujantes del interior que no aceptaron los términos del acuerdo impulsado por Cristian Ritondo y Diego Santilli. En esos distritos, LLA quedó tercero.
En San Nicolás, la imposibilidad de cerrar con los hermanos Manuel y Santiago Passaglia les hizo perder la segunda sección electoral y dejó en bandeja el triunfo al peronismo. A nivel local, el triunfo de Hechos fue apabullante y la elección pro-libertaria rozó el papelón: apenas sumó 18 puntos para quedar tercera.
Uno de los más perjudicados con el escenario de tercios fue el intendente de Pergamino, Javier Martínez (Hechos), uno de los jefes comunales más respetados por Mauricio Macri que quedó detrás del peronismo por la quita de votos de La Libertad Avanza.
Lo propio en la Cuarta Sección. Allí Fuerza Patria consiguió un triunfo histórico y además se impuso en un bastión amarillo como Junín.
El intendente Pablo Petrecca jugó con Somos Buenos Aires y aunque consiguió una banca para el Senado fue relegado al segundo lugar en su pago chico, perjudicado por los votos que le limó LLA.
En Puan, el intendente Diego Reyes prefirió jugar con Potencia y quedó segundo, a pocos puntos del peronismo. Nuevamente los votos de LLA liquidaron las posibilidades de uno de los jefes comunales que hasta hace meses perteneció al PRO.