En Tandil, una joven de 21 años murió luego de haber sido atendida en el Hospital Ramón Santamarina, generando grandes dudas sobre un posible caso de mala praxis.
La chica oriunda de Azul, había ingresado al hospital local con la presión baja y algo de taquicardia. Al ser atendida por el jefe de guardia Guillermo González, este le realizó un electrocardiograma y la despachó a su casa con medicamentos, a partir de aparentes “resultados normales” del estudio.
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La joven tenía un antecedente de una cirugía cardiovascular con “reemplazo de válvulas”.
Tres horas después de haber sido atendida, la ambulancia ingresó al Hospital con la misma paciente, tras haber sufrido un paro cardíaco en la calle.
A pesar de haberle practicado maniobras de resucitación, los médicos no pudieron salvar a la joven.
En diálogo con el programa televisivo local “La Ciudad”, el médico que atendió a la mujer explicó que normalmente se puede dejar en observación a algunos pacientes “frente a la menor duda”. Pero en este caso, la decisión del equipo médico fue darla de alta y que continuara con su control cardiológico.
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